A pesar de llevar miles de años consumiéndose en Asia, el té llegó a Europa en torno al siglo XVII de la mano de los holandeses. En España aterrizó un siglo más tarde y no tuvo tanto éxito como en el resto del continente europeo. Hoy, el té es la bebida más consumida en el mundo después del agua.
Contiene flavonoides, compuestos naturales con propiedades antioxidantes, que proporcionan elementos bioactivos que ayudan a neutralizar los radicales libres que pueden dañar elementos del cuerpo, como el material genético y los lípidos, y contribuir a la aparición de enfermedades crónicas. El té también contiene L-teanina, un aminoácido que, en su mayor parte, sólo se encuentra en el té.
¿Cuáles son los beneficios del té?
"Cada vez son más las investigaciones realizadas en todo el mundo que demuestran que el consumo de té puede mejorar la salud humana de muchas maneras", decía hace un año el doctor Jeffrey Blumberg, catedrático emérito activo de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de la Universidad Tufts (Estados Unidos) con ocasión del VI Simposio Científico Internacional sobre el Té y la Salud Humana.
El té y la salud
En ese foro se vio una extensa revisión sobre la salud y el té. Se demostró que cada taza de consumo diario de té se asociaba con una media de un 1,5% menos de riesgo de mortalidad por cualquier causa, un 4% menos de riesgo de mortalidad por enfermedad cardiovascular y un 4% menos de riesgo de eventos de infarto.
Hay multitud de variedades de té. Verde, azul, rojo, amarillo, blanco y negro son las principales. Nos fijamos esta vez en el té negro, que se elabora con las hojas de la Camellia sinensis. Esta variedad puede ser un importante aliado para perder esos kilos de más.
El té negro contiene teaflavinas, sustancias que además de otorgarle su color oscuro y su sabor característico, son absorbidas en un 94% durante la digestión. Estos componentes aportan las propiedades antioxidantes, anticancerígenas, antimicrobianas, antidiabéticas y cardioprotectoras de esta planta.
Las virtudes del té negro
Frente a otros tipos de té, la ciencia ha visto que el negro es el más eficaz para acelerar la pérdida de grasa. Un estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) ha demostrado que puede promover la pérdida de peso porque altera el metabolismo energético del hígado.
Otro estudio, este de la Universidad de Western (Australia) y publicado en la revista médica Food & Function, señala el efecto de los polifenoles del té negro en el control del peso. Esta variedad de té es rica en un tipo de polifenoles conocidos como flavonoides, que ayudan a regular la distribución de la grasa.
En ese mismo sentido, se ha visto que la cafeína se asocia a un aumento de la energía y a la aceleración de la tasa metabólica. De ese modo, el cuerpo se comporta mejor durante el ejercicio. Como el té negro es el de mayor concentración de cafeína, ayuda más que otros a quemar grasa.
Prebiótico y sin calorías
El té negro mejora los procesos digestivos. Una investigación publicada en el European Journal of Nutrition mostró que funciona como prebiótico, estimulando el crecimiento de bacterias sanas en el intestino.
Hay más. El té no contiene calorías, por lo que el negro, y cualquier otra variedad, ayuda a perder peso más rápido. También colabora en la reducción del colesterol y previene las caries (contiene flúor).
Para acabar, recordar los peros. Es misma cafeína que acelera la tasa metabólica, en determinadas personas incrementa el nerviosismo. Además, no se recomienda su consumo en personas que sufren anemia por su contenido en tianinos, que bloquean la absorción de hierro.
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