Toda cocina de España ha usado alguna vez el tomillo en sus recetas. Y es que las hojas de este arbusto perenne, leñoso y de follaje aromático son muy tradicionales en la comida mediterránea. La solemos conocer, precisamente por eso, por ser una especia que aporta sabor y aroma a comidas como estofados, guisos y asados de carne y pescado. Pero también se pueden encontrar en otros formatos como fármaco, extracto o aceite esencial.
Así como el orégano es una planta con muchos beneficios para la salud, el tomillo también le hace competencia. Según la farmacóloga Tránsito Lopez, esta especie es "muy variable, tanto en su fenología como en la composición química de su aceite esencial, en el que ya se han detectado 7 quimiotipos". Esto quiere decir que pueden producir aceites esenciales diferentes dos plantas idénticas de la misma especie.
Así, se ha demostrado a lo largo de los años que esta planta contiene un gran aspecto farmacológico y ayuda a prevenir o tratar alguna de estas enfermedades.
1. Problemas respiratorios y/o gripe
Se ha demostrado en diversas investigaciones que el tomillo tiene una acción antiespasmódica y expectorante. Actúa también como relajante muscular en los procesos antitusivos. Por ello es recomendable en algunas enfermedades respiratorias y procesos gripales.
Así pues, los fármacos o aceites pueden ayudar a tratar afecciones como la laringitis, faringitis, bronquitis e incluso, ha presentado beneficios contra el asma. Además, también está indicado para tratamientos de tos en gripes o catarros comunes. La farmacóloga recomienda una infusión de tomillo acompañada de miel en ayunas durante todo el invierno.
2. Dolores musculares u osteoarticulares
Algunos componentes del tomillo como el ácido rosmarínico hace que el tomillo se convierta en un analgésico y antiinflamatorio natural. Por ello está indiciado en tratamientos musculares u osteoarticulares. Suele ser utilizado de manera tópica en aceite esencial para calmar la inflamación propia de la mialgia, las contracturas o la artritis.
3. Problemas digestivos y flatulencias
En las investigaciones, se ha demostrado la acción eupéptica del tomillo. Es decir, que ayuda a los procesos digestivos, ya que, promueve la motilidad gastrointestinal. Por ello, al tomar esta planta el proceso de formación de gases se ven reducidos. Se puede tomar en infusión o en extracto hidroalcohólico, este administrado en pequeñas gotas antes de las comidas favorece la expulsión de flatulencias.
Además, se ha demostrado que el tomillo sirve también para abrir el apetito, por eso se emplea como aperitivo antes de las comidas. Es muy común, precisamente, en las aceitunas. Tapa esencial en los bares de nuestro país.
4. Afecciones genitourinarias
El tomillo presenta acción antiséptica, mucho mayor que la del agua oxigenada, cuenta la farmacóloga Tránsito López. Desde hace muchos años, al igual que el ajo, es tomado como uno de los antibióticos naturales. Además, de ser antibacteriano, también tiene una acción antifúngica y antivírica.
Es por eso que su uso está recomendado para el tratamiento de infecciones genitourinarias tanto masculinas como femeninas. A través de vía tópica, puede tratar afecciones como la vaginitis, la vulvitis, la cistitis, la candidiasis, la uretritis y la prostatitis. Sirve además para evitar o calmar los problemas bucofaríngeos como las aftas o llagas por ser antiséptico.
5. Cáncer de mama
El tomillo ha demostrado tener una acción estrogénica débil. Y son algunas investigaciones las que lo sitúan como un anticancerígeno. Los estudios toman a esta planta como objeto para prevenir el tipo de cáncer que se produce por el exceso de xenoestrógenos, como es el cáncer de mama. Se ha demostrado que las terapias de reducción de estrógenos, evita que aumente más rápido este tipo de tumor.
Los xenoestrógenos son sustancias que imitan la función de nuestros estrógenos, también son conocidos como disruptores endocrinos. Hacen que se interrumpan el equilibrio de nuestras hormonas. Se pueden encontrar en productos como el champú, el maquillaje, e incluso en alimentos con colorantes o en aquellos tratados con herbicidas.
Referencias
Tránsito, L. L. M. (2006, 1 enero). Tomillo. Offarm. https://www.elsevier.es/es-revista-offarm-4-articulo-tomillo-13083626
Serrano, N. O., & Fernández, M. F. (2006). Xenoestrógenos y cáncer de mama. En áncer de mama: avances en diagnóstico, tratamiento e investigación. https://digibug.ugr.es/bitstream/10481/24901/1/Xenoestrogenos.pdf
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