Diego Carcedo Periodista
OPINIÓN

Votar por quién y votar contra quién

Ayuso celebra la victoria junto a Almeida y Casado
Ayuso celebra la victoria junto a Almeida y Casado
EFE
Ayuso celebra la victoria junto a Almeida y Casado

En unas elecciones, los electores no siempre votan por el partido o el candidato que les convence más; algunas veces votan en contra del partido que más les disgusta. Esta teoría, difícil de estimar en cifras, da la impresión de que contribuyó en cierta medida al resultado de las elecciones autonómicas madrileñas celebradas ayer con una participación realmente extraordinaria y un reparto de escaños muy claro.

Los resultados en cifras y escaños son sobradamente conocidos a estas horas: la candidata del Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso, superó ella sola a los partidos de la izquierda y duplicó ampliamente a su principal rival, el candidato del PSOE, que partía como el vencedor de los comicios hace dos años y que fue —aparte de Ciudadanos, que no alcanzó el mínimo necesario para entrar en la Asamblea— el que perdió más votos: consiguió menos que Más Madrid y, aunque quedó empatado en escaños, pierde su condición de líder de la oposición.

Tanto Más Madrid, que superó al PSOE, como Vox y Unidas Podemos mejoraron sus resultados. La alternativa derecha e izquierda quedó bien despejada y Ayuso podrá seguir gobernando con el respaldo de Vox, la formación que por sus ideas extremas y retrógradas despierta mayor resistencia e incluso temor. Será sin duda un buen sapo el que tendrá que tragarse la presidenta si se ve forzada a incluirlo en su Gobierno.

Hoy es de manual que todos los partidos implicados se reúnan, unos a celebrar y otros a metabolizar los resultados. Todos reflexionarán sin duda y de manera especial Ciudadanos que ve acercarse aún más el precipicio, y el PSOE, que tendrá que hacerlo más que partiendo del descalabro de Madrid, en clave nacional. No hay que extrapolar los resultados de una elección autonómica como la de Madrid o hace poco la de Cataluña en clave nacional.

Pero este argumento no puede ser tomado al pie de la letra y menos cuando el partido más afectado es el que asume la gobernación del País. Muchos analistas comparten la convicción de que algunos ciudadanos dieron la vuelta a su voto tradicional socialista para formularlo en contra. El Gobierno que encabeza Pedro Sánchez sufrió un importante deterioro en estos meses plagados de dificultades y frecuentes desaciertos. No fue fácil gobernar, pero los errores fueron más elocuentes.

Habrá que ver qué ocurre en las próximas semanas. La coalición con Unidas Podemos no fue un éxito. Continuamente forzó decisiones impopulares y generó rechazo en diferentes capas sociales. Pablo Iglesias que desde la vicepresidencia que ocupó un año causó mucho daño con sus intervenciones desafortunadas a la normalidad institucional cuando era más necesaria. Anoche anunció que abandona, que deja el escaño en la Asamblea de Madrid recién conseguido y abandona la política. Ahora toca esperar a ver la reacción de Sánchez ante esta derrota que tanto le afecta.

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