Juan Luis Saldaña Periodista y escritor
OPINIÓN

Vendidos, comprados, callados, militantes

Pedro Sánchez mira hacia otro lado
Pedro Sánchez mira hacia otro lado.
Alberto Ortega (EP).
Pedro Sánchez mira hacia otro lado

Tengo una alerta en Google que me manda al correo las noticias en las que aparecen las expresiones “comparecencia sin preguntas”, “rueda de prensa sin preguntas” o “sin preguntas”. Casi todos los días, como un amante fiel, el famoso buscador me envía dos o tres correos. Observo que la costumbre no es de derechas, ni de izquierdas. Tampoco es propiedad exclusiva de nuestro país. Pasa mucho en Latinoamérica y también, con frecuencia, impunidad y cierta asepsia, en los organismos de dirección de las instituciones europeas.

Hay que hacer una reflexión al respecto. Las ruedas de prensa y comparecencias de este tipo son sin preguntas porque alguien no hace su trabajo. Las preguntas deberían estar formuladas. Si no hay respuestas, el periodismo debería llamar a estas manifestaciones de un modo más certero: “ruedas de prensa sin respuestas”. Las preguntas que no pueden hacerse, deberían publicarse en algún sitio. Quizá las Asociaciones de la Prensa podrían emitir un comunicado con las preguntas no formuladas ni, por supuesto, respondidas. Los medios de comunicación deberían amenazar -y cumplir- con no ir a esas convocatorias y, por último, los periodistas que cubran estas pantomimas deberían levantar la mano pidiendo su turno de pregunta como gesto de protesta incómoda.

"El periodismo debería llamar a estas manifestaciones de un modo más certero: ruedas de prensa sin respuestas”.

No deberíamos dejar que sean los políticos los que eligen el nombre de las cosas. El periodismo debería ser, por lo menos, un filtro. Creo que la sociedad dispone de mejores profesiones para dar, como la “intelijencia” de Juan Ramón Jiménez, el nombre exacto de las cosas. Se nos van muriendo los pensadores y el relevo parece cada vez más endeble. Primero te colocan la etiqueta. Después, te hacen ofertas y, más adelante, llega el silencio o la militancia más o menos disimulada.

El pasado martes tuvo lugar una sesión informativa sobre el reparto de los fondos europeos. En realidad, lo llamaron “briefing informativo”, pero me da vergüenza ajena usar esta palabreja del marketing como si me pareciera normal. Que conste en acta. En esta cita organizada por varios altos cargos del Gobierno se invitó a los medios afines. No se convocó a los medios de comunicación que suelen ser más críticos con el poder. Los afectados se quejaron. Las respuestas fueron variadas y distintas para cada uno. Las asociaciones de la prensa siguieron retozando en la tibieza y la vida continúo, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido. El 29 de diciembre ya había pasado algo parecido. El Presidente del Gobierno solo respondió preguntas de medios afines en una comparecencia de balance del año. 

Habría que plantarse de una vez. No es una cuestión de ideología. Es una cuestión de profesión. No es de izquierda o derecha. Es de arriba o abajo. No se olviden de los plasmas de Rajoy. Los estamos superando. Todo va a ir a más. Hay que unirse. Los beneficiados de hoy son los perjudicados de mañana. Lo van a seguir haciendo cuando cambien de signo político porque el precedente está claro. El periodismo de parte mata al periodismo. El poder busca vendidos, comprados, callados, militantes.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento