Noelia Núñez Diputada del PP en la Asamblea de Madrid
OPINIÓN

Se lo debemos

Estudiantes esperando antes del primer examen de las pruebas de acceso a la universidad (PAU), en la Facultad de Economía y Empresa de la UB
Estudiantes esperando antes del primer examen de las pruebas de acceso a la universidad (PAU).
Europa Press
Estudiantes esperando antes del primer examen de las pruebas de acceso a la universidad (PAU), en la Facultad de Economía y Empresa de la UB

Es posible que aún no seamos plenamente conscientes del desastre que supone la nueva reforma que el Gobierno de España ha aprobado para el Bachillerato en nuestro país. La educación es la herramienta más poderosa y el mejor ascensor social posible, aunque con este Gobierno se haya quedado atrancado.

La reforma es un auténtico sinsentido, con perspectiva de género, que permitirá a los futuros bachilleres titular con una materia suspensa. Van a devaluar, si no lo remediamos, los títulos de generaciones futuras y van a condenarlas a la frustración más absoluta. Un Gobierno que demoniza la cultura del esfuerzo continuamente y que premia la mediocridad en lugar de buscar la excelencia. Pedro Sánchez espera así sembrar para recoger una sociedad dócil, conformista y ansiosa de tutelas, dependientes de ese mismo socialismo que les aboca al fracaso.

Un Gobierno que demoniza la cultura del esfuerzo continuamente

Adiós a la filosofía, porque pensar y reflexionar requiere demasiado trabajo. Historia sin historia, porque conocer lo que pasó en el pasado puede suponer un gran riesgo para aquellos que ansían controlar el futuro. Matemáticas con género, porque la resolución de problemas solo importa si se hace en femenino. Y así, poco a poco, reforma a reforma, destruyen una generación tras otra. Robándoles el futuro y todas las oportunidades que una buena formación pudiera ofrecerles.

Todavía estamos a tiempo de evitar los efectos de tan nefasta reforma. Estamos a tiempo de salvar futuros con las herramientas adecuadas. Y si el Gobierno de España no recapacita, la Comunidad de Madrid, con Isabel Díaz Ayuso, ya ha puesto la primera piedra para construir la alternativa al desastre. La Ley Maestra de Libertad Educativa, aprobada por la Asamblea de Madrid, refuerza y aumenta la calidad educativa, garantizando la libertad de elección, así como premiando el esfuerzo y la excelencia de los alumnos madrileños.

Porque hay miles de jóvenes que sueñan con el mejor de los futuros, poniendo todo el empeño y el esfuerzo por conseguirlo. A ellos se lo debemos y por ellos lo haremos.

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