Omar Anguita Diputado y portavoz Socialista de Infancia y Juventud
OPINIÓN

Menos bulos y más leer el BOE

Un estudiante junto a la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid
Un estudiante junto a la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid
Jorge Paris
Un estudiante junto a la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Madrid

Quizá uno de los enemigos más poderosos que tiene la democracia es la mentira. Mentira que se convierte en la base del ejercicio político de algunos partidos dentro de la democracia. El otro gran problema es la negación de las responsabilidades. En un sistema parlamentario democrático, las responsabilidades quedan perfectamente acotadas: el Gobierno tiene por responsabilidad gestionar y la oposición tiene que ejercer una crítica, siempre constructiva, de la gestión del Gobierno.

Digo lo de constructiva porque es imprescindible para el buen funcionamiento de la democracia y del sistema parlamentario español en la actualidad. Pablo Casado basó su mandato en el insulto, en el grito y en su atrincheramiento ideológico conservador como panacea contra todos los males que acechaban a España. Un personaje que, por no reconocer sus derrotas, se niega a aceptar las victorias democráticas de la izquierda.

Mentira que se convierte en la base del ejercicio político de algunos partidos

Es curioso que finalmente han sido sus compañeros de trinchera quienes le han acabado llamando traidor, negándole cualquier posibilidad de salida digna. A rey muerto, rey puesto. Feijoó está llamado a cambiar el rumbo del PP. Pero para cambiar el rumbo, has de saber a dónde quieres llegar. Y aquí seguimos, a la espera.

Mientras tanto, el PP vuelve a ser condenado por corrupción y el PP sigue la estela antisistema de la ultraderecha de este país. Tratan de imitar al más radical de lo fascista y utilizan las mismas repugnantes armas políticas: la mentira y la desinformación.

En las últimas semanas, le ha tocado a la filosofía. Aquellos que cuando gobiernan recortan los presupuestos educativos, ahora les preocupa que nuestros estudiantes no puedan estudiar filosofía. Un bulo alimentado por medios que, en vez de leer el BOE, escuchan a los difamadores profesionales que tenemos en un sector de la política.

Ni la filosofía desaparece del currículo ni impulsamos la educación como un espacio de adoctrinamiento. Impulsamos las becas, aumentamos los recursos educativos y defendemos un sistema público y universal en la educación. Ese es nuestro rumbo y no lo cambiaremos.

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