OPINIÓN

Sin procesiones pero con penitencia

Un hombre observa a la Virgen de Nuestra Señora de la Salud, de la Hermandad de San Gonzalo, en el interior de la iglesia.
Un hombre observa a la Virgen de Nuestra Señora de la Salud.
JOSÉ MANUEL VIDAL/EFE
Un hombre observa a la Virgen de Nuestra Señora de la Salud, de la Hermandad de San Gonzalo, en el interior de la iglesia.

En estos tiempos de recogimiento, de pandemia y Semana Santa, en los que los ciudadanos sobrellevan de una manera estoica la procesión por dentro, la situación política en España no puede estar más enmarañada tras el terremoto de Murcia, de cuyas réplicas nadie, o casi nadie, se ha librado, ni siquiera el delegado del Gobierno en Madrid, al que le ha tocado de rebote.

Primero, convocatoria de elecciones por parte de Ayuso, después renuncia al cargo del vicepresidente del Gobierno (vaya usted a saber por qué), para dar paso a un rifirrafe político sin precedentes y a un baile de candidatos entre Cs y PP, con Toni Cantó incluido. Como colofón, una crisis de Gobierno.

"Aterriza el Jueves Santo, sin procesiones pero cumpliendo una gran penitencia"

Tras librarse de la quema Mañueco (CyL), y dejando ya al margen Murcia, el enredo continúa por Cataluña, donde ya ni los independentistas se ponen de acuerdo, pasando por Andalucía, comunidad que si no tenía bastante con el pulso Sánchez-Díaz, irrumpe otro en el PP, entre Moreno Bonilla y Casado. A priori, parece que las aguas bajan solo tranquilas en tierras de Lambán y poco más. A priori, digo.

Y mientras el mundo torna la mirada hacia el canal de Suez y al Ever Given, en Europa las vacunas siguen llegando a cuentagotas para mayor gloria del Reino Unido, que nos refriega su nueva normalidad con un ensayo en Gibraltar, donde se han quitado hasta las mascarillas. En este contexto de desconfianza en la gestión de la Unión Europea, Alemania bloquea las supuestas ayudas europeas que se destinarán a los países más azotados por la Covid-19 (140.000 millones a España), eso sin contar con que una decena de Estados ni siquiera las han aprobado aún.

Dentro de nuestras fronteras, como no podía ser de otra manera, Gobierno y oposición se han enfrascado con una de las primeras empresas "rescatadas" por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), la "estratégica" Plus Ultra, en un rifirrafe que ya veremos cómo acaba. Con este panorama, aterriza el Jueves Santo, con los ciudadanos confinados en sus respectivas autonomías a la espera de una inevitable cuarta ola, sin procesiones, pero cumpliendo una gran penitencia.

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