Borja Terán Periodista
OPINIÓN

El problema del polémico 'Deluxe' a la hora de competir con el espectáculo de 'La Voz' (y viceversa)

Pepe Navarro en Telecinco como arma contra La Voz de Antena 3
Pepe Navarro en Telecinco como arma contra La Voz de Antena 3
Mediaset
Pepe Navarro en Telecinco como arma contra La Voz de Antena 3

'La Voz' llegó a la noche del sábado liderando sobre el 'Deluxe'. Existe una gran oportunidad para el espectáculo de entretenimiento en esta franja y Antena 3 ha sabido jugar sus cartas como referencia en talents familiares. Lo ha hecho manteniendo 'Tu cara me suena' en el viernes, el día en el que mejor brilla el show de imitaciones.

En sábado la audiencia quiere romper con la rutina de la actualidad y evadirse con entretenimiento con luz y color. Para abrir camino, Atresmedia ha sido inteligente al colocar en este prime time sabático una marca tan asentada como 'La Voz'. Sin embargo, los de 'Sálvame' han podido ir adelantando en cuota de pantalla a su gran rival gracias a incorporar invitados de tirón polémico como Kiko Rivera (hijo de Isabel Pantoja) o, esta semana, Pepe Navarro. 'Deluxe' necesita tirar de talonario, ya no le basta especular con sus habituales. 

Pero en Mediaset conocen bien 'La Voz'. No obstante, su éxito nació y evolucionó durante varias temporadas en Telecinco, donde las sillas giratorias fueron un fenómeno de audiencias. La debilidad de 'La Voz' como formato es que comienza muy fuerte con las audiciones a ciegas que despiertan la curiosidad colectiva de "¿se girarán o no los famosos coaches para elegir al candidato?", pero después la mecánica se transforma en un talent show al uso y pierde interés. El sillón rojo que se da la vuelta es el gran sello diferenciador del programa y justo aterrizó en el sábado de Antena 3 cuando sus galas ya son más convencionales.

Para que lo convencional no lo parezca y evidenciar que el 'Deluxe' es más pequeñito y reiterativo, 'La Voz' cuenta con tres bazas que subrayar: tiene un plató de dimensiones gigantes, el Teatro de Antena 3, cada actuación busca una puesta en escena que traslade a la audiencia a un momento especial y, finalmente, en las últimas semanas el show se produce en un riguroso directo con el aliciente de la participación del público. 

A esa misma hora, Telecinco no tiene un grandilocuente plató en el que emocionar o asombrar con grandes números visuales a través de la música. Ahí Mediaset flojea, más aún cuando empiezan a sufrir el desgaste de los repetitivos dimes y diretes de personajes del canal. Por eso mismo, necesitan salir fuera de su sobreexplotada esfera con el reclamo de personajes menos vistos y que congregan el interés de más públicos que no sólo sean la comunidad de fieles de siempre. Es el caso de un comunicador tan conocido como Pepe Navarro. 

Y si fichan a Pepe Navarro en Telecinco sacan jugo a Pepe Navarro, pues son maestros en crear eventos en directo. A su manera, claro. Así el 'Deluxe' está simplificando su contenido a nombres propios que atraen un morbo social y favorecen un ambiente de acontecimiento imprevisible. Imprevisible porque se incide el nervio del directo con el guion y la realización visual.

En cambio,  en la última noche 'La Voz' no pudo definirse como imprevisible. A pesar de producirse también en directo, todo salía tan perfecto que daba la sensación de programa grabado. Y si realizas un directo debe notarse su adrenalina. ¿Cómo? Creando liturgias que remarcan que es un show en vivo.

Si el plató es grande, que se vea que es grande. Si tienes a Alejandro Sanz, Malú, Pablo Alborán y Luis Fonsi, las cuatro estrellas que sostienen 'La Voz', fomenta una historia entorno a ellos que cree un arranque de evento único. No vale que desfilen de forma artificial en una alfombra roja con cordones en los laterales, que representan una vieja barrera de Hollywood y el público. La audiencia necesita ver a sus artistas más cerca, más naturales, más implicados, más imperfectos como el propio espectador. 

"La credibilidad de 'Sálvame' quedó en entredicho, lo que no ayuda en un instante en el que el reality del cotilleo de Telecinco sufre un desgaste"

Aún así ambos programas se quedan en un empate técnico de espectadores, 1.642.000 'La Voz' (14,8 de share) y 1.645.000 'Sábado Deluxe' (16,5 de share). Lo que define la fortaleza de Antena 3 en entretenimiento y la agilidad de Telecinco con el género 'Sálvame'.

Aunque el 'Deluxe' quizá ya está tocando su propio techo. El sensacionalismo de la noche de Navarro no alcanzó más que un 16,5 por ciento de share a pesar de ser un prime time muy polémico en el que hasta se vio una extraña trastienda del programa. Sucedió cuando Jorge Javier Vázquez se enfrentó y censuró a Paloma García Pelayo por realizar una pregunta a Navarro sobre una sentencia de maltrato. Entonces, la credibilidad de 'Sálvame' quedó en entredicho al recalcar que había preguntas periodísticas que no se podían hacer. Puede parecer que este momento es otro choque más, pues en Telecinco se venden hasta los conflictos internos. Pero esta vez no ayuda a la cadena en un instante en el que el reality del cotilleo de Telecinco sufre un desgaste porque el público se cansa debido a que desconfía al descubrir costuras, pactos y trampas. 

En la cadena contraria, muy diferente es la situación de 'La Voz': como espectáculo familiar, puede ser aún más competitivo si se lanza al show en el que la gala transmita que es un trepidante directo, con la complejidad que eso conlleva. Eso también hay que evidenciarlo en emisión, sutilmente y elegantemente. Porque este sábado 'La Voz' no contagió esa energía de competición viva, nerviosa, grande. Sobra rojo glamour  de entrada al museo de cera y falta color popular en el estudio, que también atraiga la festiva y fantasiosa mirada de los niños que no verán el 'Deluxe'. 'La Voz' de este sábado pudo salir muy bien, pero la dificultad extra de la televisión estriba es que la perfección puede confundirse con frialdad. A esta sensación hay que darle la vuelta, como las sillas giratorias. 

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