OPINIÓN

El presentismo

Trabajadores sanitarios cargan cilindros de oxígeno para pacientes de covid-19 en un hospital de Cochabamba (Bolivia).
Trabajadores sanitarios cargan cilindros de oxígeno para pacientes de covid-19 en un hospital de Cochabamba (Bolivia).
JORGE ABREGO / EFE
Trabajadores sanitarios cargan cilindros de oxígeno para pacientes de covid-19 en un hospital de Cochabamba (Bolivia).

El otro día escuchaba al reputado arqueólogo e historiador, Alberto Garín, hablar acerca de la historia de los eventos en base a una conversación por un ensayo de Fernand Braudel y no puedo estar más de acuerdo con él. Dentro de la misma hablaba del término “presentismo” como la tendencia a destacar cualquier situación actual por encima del resto que han ocurrido. Por ejemplo, con la pandemia de la Covid-19, un desastre absoluto para todo el planeta en cuanto a nivel económico y sanitario, que ha hecho que la gente hable incluso como si de un cambio de era se tratase. Seré yo, pero no paro de escuchar referencias que no vienen a cuento mencionando la maldita coletilla “antes de la pandemia”.

Todos tuvimos algo previo a esto, nos ha tocado vivirlo y lo superaremos. Hubo muchas cosas que pasaron en el mundo antes de marzo del 2020. De hecho, hubo muchas otras pandemias y epidemias más catastróficas. No hablemos de la gripe española y los millones de muertos que dejó, y ni mencionar queda la peste de la Edad Media o la viruela. Enfermedades que dejaron en nuestra sociedad avances dentro del ámbito sanitario, pero que ni siquiera han marcado un inicio o fin de una etapa como sí que hiciese Jesucristo, la toma de Constantinopla o la invención de la escritura. No siempre lo que cada uno está viviendo es lo más importante. Para ti puede ser devastador perder a un familiar, pero sin embargo para la historia es algo insignificante. De ahí la grandeza del peso de las memorias de la humanidad.

Otra de las reflexiones destacables que escuché es la que habla acerca de que no todas las generaciones más jóvenes tienden a vivir peor. Hay un mantra de que todo es más difícil. Cierto es que la generación que ha vivido en el arranque de su carrera profesional las dos últimas crisis de 2008 y 2020 va a tener que remar más que lo que hicieron sus padres, pero ojo, no les ha sido más complicado por ejemplo acceder a la universidad o simplemente recabar información para culturizarse mediante las nuevas tecnologías

Un gran valor de la actualidad. Los nacidos en los años 50 y 60 del siglo pasado vivieron mucho mejor que sus padres o abuelos, quienes se tuvieron que enfrentar a una guerra civil y dos conflictos mundiales, por ejemplo. Es decir, la vida son etapas, y en todas ellas siempre hay altibajos de cualquier calado ya sea político, económico, sanitario o sociológico. El presente es el que marca el futuro y se queda grabado en el pasado. Ahora bien, no todo el presente es relevante.

Vivimos en la sociedad de lo inmediato. Todo caduca al poco de ver la luz, se ha perdido el tiempo del reposo, algo necesario para poder interpretar las cosas con cierta perspectiva. Una visión necesaria para quedar en los anales de la historia.

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