18 de abril de 2004. María Teresa Fernández de la Vega, una jurista con una larga vinculación al PSOE, pasa a la Historia de la democracia española como la primera mujer en ser nombrada vicepresidenta del Gobierno. Un cargo del que se ha despedido este jueves, en una emotiva rueda de prensa en la que ha agradecido el "esfuerzo de la lucha y del trabajo de tantas mujeres que han abierto camino".

Fernández de la Vega forma parte de un grupo de féminas que han marcado un hito en la democracia, por ser las primeras en ostentar ciertos cargos públicos tradicionalmente reservados a los varones. Un grupo al que también pertenece su hasta ahora compañera en el Consejo de Ministros, Carme Chacón, que en abril de 2008 se convirtió en la primera mujer al mando del Ministerio de Defensa.

La llegada a esta cartera de la hasta entonces titular de Vivienda estuvo envuelta en una fuerte polémica al tratarse de un cargo tradicionalmente ligado a los hombres y convertirse además en la primera ministra que asume y ejerce su cargo embarazada. Para acallar las múltiples voces que cuestionaban su idoneidad para el cargo, Chacón se desplazó a Afganistán para visitar a las tropas españolas allí desplegadas, a pesar de su avanzado estado de gestación.

Ambas siguen los pasos de mujeres como Soledad Becerril, diputada de UCD, la primera en acceder al Consejo de Ministros desde la II República española, periodo en que contó con la anarquista Federica Montseny como predecesora. En diciembre de 1981, Becerril fue nombrada por Leopoldo Calvo-Sotelo ministra de Cultura, cartera que mantuvo hasta el año siguiente, cuando tomó posesión el primer gobierno de Felipe González.

Apenas dos años después, en 1984, España contaba con la primera comunidad autónoma en ser presidida por una mujer: Murcia. María Antonia Martínez García fue la pionera en figurar como jefa de un gobierno regional en España, un cargo en el que además repetiría años después, en el periodo 1993-1995. Actualmente, sólo una mujer ostenta la presidencia de una región española: Esperanza Aguirre, jefa del Ejecutivo de la Comunidad de Madrid, al que accedió en 2003.

Años antes, la 'lideresa' fue además la encargada de romper el monopolio masculino al frente del Parlamento español, con su nombramiento en 1998 como presidenta del Senado. Tampoco el Congreso de los Diputados tendría que esperar mucho tiempo para tener a una mujer como presidenta. Poco después, en el año 2000, Luisa Fernanda Rudí -actual eurodiputada del PP y candidata a la Presidencia del Gobierno aragonés en las elecciones autonómicas de 2011- se convertía en la primera mujer en presidir la Cámara Baja. Ambas cámaras fueron dominio femenino durante más de dos años.

El trabajo de las predecesoras

Las mujeres también han llegado a lo más alto en el ámbito judicial. La presidencia del Tribunal Constitucional se abría por primera vez a una mujer en 2004, año en que María Emilia Casas se convertía en la primera mujer en acceder a esta magistratura.

Asimismo, el cese de Enrique Múgica como Defensor del Pueblo en junio de 2010 llevó por primera vez a una mujer al frente de esta institución. Mª Luisa Cava de Llano, desde 2005 adjunta primera de la presidencia, se ha convertido en la primera fémina en asumir la presidencia en funciones.

Pero probablemente todo ello no hubiera sido posible sin el trabajo previo de mujeres como Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken, las tres primeras diputadas en la historia de España, durante la II República. O de otras menos conocidas, como Matilde Pérez Mollá, que en 1924 hacía historia al ser nombrada alcaldesa de la localida alicantina de Cuatretondeta.

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