Ana Obregón y Alessandro Lecquio estuvieron juntos tres años, de 1991 a 1994. Una infidelidad de él rompió aquella unión que, sin embargo, les dejó a ambos lo mejor de sus vidas, su hijo Aless. Lecquio ya era padre de Clemente (40 años), de su relación con Antonia Dell´Atte, a quien dejó por Ana.
Las vidas de Ana y el conde siguieron avenidas tras su ruptura por separado: ella nunca más volvió a unirse de forma estable con nadie, aunque tuvo distintos novios. Él se casó con la periodista María Palacios, con quien tiene una hija de 7 años, Ena.
El joven Aless, alegre y optimista, buen estudiante y un hijo ejemplar, fue en vida la bisagra que unió a la expareja, que solía fotografiarse con el joven en momentos importantes, como su cumpleaños y su graduación universitaria.
Pero la muerte del joven, justo hace cuatro años, supuso un punto y aparte en esa cordial unión. Aunque Lecquio no pudo permanecer todo el tiempo que duró la enfermedad junto a su hijo, como hizo Ana, sí viajó varias veces a Nueva York a visitarle mientras recibía tratamiento. Y a Barcelona, donde finalmente murió el 13 de mayo de 2020.
Sin embargo, la muerte del joven no acercó más a sus progenitores, sino que los desunió del todo. Donde su madre hablaba, su padre callaba; donde Ana cobraba exclusivas para hablar de Aless, Lecquio se llevaba las manos a la cabeza o miraba para otro lado.
Desde las revistas del corazón a las redes sociales, pasando por la televisión, a la actriz, hablar de su hijo fallecido le aliviaba en parte su enorme pena, mientras que a él le dolía más que nada en el mundo, según se ha visto y probado.
Hasta que un hecho inesperado dinamitó por completo esta relación basada en el recuerdo: el nacimiento en marzo de 2023 de Ana Sandra, la nieta de ambos, puesto que fue concebida por gestación subrogada con esperma del joven.
Para Ana, la llegada de la niña, de la que es tutora legal, fue la salvación, su salida del negro pozo en el que se encontraba. Para Lecquio, es un episodio que vive sin declaraciones, ni visitas a la niña, ni reconocimiento de que esa fue la voluntad de su hijo antes de morir, como defiende por activa y pasiva Ana Obregón.
Como él ha dicho en más de una ocasión, forzado por las interrogantes que le plantean en el programa donde colabora, Vamos a ver, para él su hijo Aless es un asunto privado y personal del que no quiere hablar porque él así lo habría deseado.
Un año lleva Ana Obregón tratando de que el padre de su hijo conozca a Ana Sandra. Pero él no da su brazo a torcer y no parece que haya visto a la niña, su nieta y sobrina de sus otros hijos, Ena y Clemente, si lo que Ana ha contado es verdad.
Y si la ha conocido, no suelta prenda, obcecado como está en respetar el silencio que su hijo habría querido. El tiempo demostrará si estos tristes años que unos padres como otros han vivido los podrán superar. Y si donde hubo amor, podría haber amistad.
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