Ana Obregón y Alessandro Lecquio recuerdan a su hijo Aless en el cuarto aniversario de su muerte: "El día que morí contigo"

Europa Press
Ana Obregón recuerda a su hijo en el cuarto aniversario de su muerte.
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El 13 de mayo de 2020 fue un día muy duro para Ana Obregón y Alessandro Lecquio. Después de dos años luchando con todas sus fuerzas contra un sarcoma de Ewing, su hijo fallecía, Aless Lecquio, fallecía a los 27 años, dejando a sus padres completamente desolados.

Este lunes se cumple el cuarto aniversario de su muerte y, como no podía ser de otra manera, tanto la presentadora como el italiano han tenido un emotivo recuerdo para el joven, cuya ausencia sobrellevan de una manera muy diferente. 

Lecquio continúa con su vida, arropado por su mujer María Palacios y su hija pequeña Ginevra Ena. Aunque él públicamente nunca se ha abierto sobre el fallecimiento de su hijo, lo ha homenajeado en redes sociales. 

El colaborador ha publicado una tierna imagen de ambos cuando era tan solo un bebé, sin acompañar la fotografía de ningún texto más allá de los hashtags que emplea siempre: #alessforever #lequiocity. 

Por el contrario, Obregón, mucho más activa en las redes sociales, ha vuelto a abrir su corazón con sus seguidores publicando un emotivo mensaje. "13 de mayo de 2020. El día que se apagó la luz del mundo. El día que morí contigo", ha escrito en un post que compartió en su Instagram. 

Después de cuatro años, la presentadora ha confesado que la herida todavía duele demasiado, aunque la llegada de su nieta Ana Sandra le ha ayudado a salir del pozo en el que estaba sumida. El pasado 20 de marzo cumplió su primer añito y está completamente volcada en su nieta. 

Hace unos días Obregón compartía en Instagram un emotivo vídeo de la pequeña hija biológica de Aless Lecquio que nació por gestación subrogada con esperma congelado del joven, revelando cuál fue su primera palabra: "Papá", que la pequeña pronunciaba con una gran sonrisa viendo un álbum de fotos en el que aparecía su padre. 

"Has dicho papá con tanta ternura, dulzura y amor que me he tenido que dar la vuelta para que no viera mis lágrimas. Luego sonreíste con complicidad. Que no lo veamos no significa que no exista porque lo esencial es invisible a los ojos. Aquella noche supe que esa palabra tan bonita que pronunciaba tan bajito te había llegado al cielo, Aless, porque sentí calorcito en mi corazón", relató la actriz, que se ha encargado de que su nieta tenga presente en todo momento a su papá. 

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