Mario Garcés Jurista y escritor
OPINIÓN

España es un nombre de fango

Un hombre asiste a un homenaje a la escritora Almudena Grandes, en la Caseta Madroño de la Feria del Libro, a 11 de junio de 2022, en Madrid (España). Durante el reconocimiento a la escritora madrileña se celebra una sesión maratoniana de micrófono abierto, donde sus lectores leen fragmentos de cualquiera de sus obras de manera ininterrumpida durante diez horas. La lectura está abierta a todo el público bajo el nombre, ‘El corazón helado de la feria: homenaje a Almudena Grandes’ con el objetivo de honrar su memoria y conseguir de alguna manera que la escritora, fallecida en noviembre de 2021, vuelva a estar presente en la feria del libro y en las dedicatorias que firmó para sus lectores. Además Correos ha editado un sello conmemorativo en honor a la escritora. 11 JUNIO 2022;ESCRITURA;LECTURA;LEER;LIBRO;LOS BESOS EN EL PAN;SELLO ALMUDENA GRANDES; Europa Press / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 11/6/2022
Un hombre asiste a un homenaje a la escritora Almudena Grandes en la Feria del Libro de 2022.
ISABEL INFANTES / EUROPA PRESS / ARCHIVO
Un hombre asiste a un homenaje a la escritora Almudena Grandes, en la Caseta Madroño de la Feria del Libro, a 11 de junio de 2022, en Madrid (España). Durante el reconocimiento a la escritora madrileña se celebra una sesión maratoniana de micrófono abierto, donde sus lectores leen fragmentos de cualquiera de sus obras de manera ininterrumpida durante diez horas. La lectura está abierta a todo el público bajo el nombre, ‘El corazón helado de la feria: homenaje a Almudena Grandes’ con el objetivo de honrar su memoria y conseguir de alguna manera que la escritora, fallecida en noviembre de 2021, vuelva a estar presente en la feria del libro y en las dedicatorias que firmó para sus lectores. Además Correos ha editado un sello conmemorativo en honor a la escritora. 11 JUNIO 2022;ESCRITURA;LECTURA;LEER;LIBRO;LOS BESOS EN EL PAN;SELLO ALMUDENA GRANDES; Europa Press / Europa Press (Foto de ARCHIVO) 11/6/2022

En la fangoria española, y a pesar de las excusas, hay barro, mucho barro. Tanto barro que no es posible, en ocasiones, reconocernos a nosotros mismos. "Mírame, Malena, y escúchame. He vivido casi medio siglo, he pasado", decía un personaje de la célebre novela de Almudena Grandes. Los españoles tradicionalmente hemos pasado haciendo camino, porque todo pasa y todo queda, aunque lo nuestro es pasar. Hay quien entendió el verso machadiano como sinónimo de despreocupación, y así nos ha ido, porque a este país no lo reconoce ni la madre que lo parió.

Partidos políticos convertidos en una versión carpetovetónica de El señor de las moscas, donde medran los conseguidores, los miserables y los mediocres, y donde la inteligencia y la bondad se lancean como cabezas de cerdo en señal de victoria. Periodistas convencidos que hacen suyos los argumentarios de los partidos políticos y donde la filtración interesada es la principal fuente de conocimiento. Psiquiatras convertidos en voceros de la gran verdad que somatizan creyentes y que llenan teatros con sus banalidades a cambio de una entrada bien ‘pagá’, que hay que sacarles los cuartos. Redes sociales donde bullen los testaferros de las emociones y los parasitarios de los bulos. ‘Bulócratas’ del tercer milenio. España es una república malsana de bulos y maledicencias donde el más tonto con un móvil es capaz de hacer de la mentira y de la provocación un arma de destrucción masiva.

"Si nuestros abuelos nos vieran, se morirían primero de risa, después de pena", exclama un personaje de Los besos en el pan de Grandes. Nada más cierto. Hubo una generación de españoles que luchó por sobrevivir tras una guerra indefinible, que trascendió la adversidad para recorrer un camino de superación. Ahora, hay una parte considerable de la sociedad que lucha por cuatro ‘me gustas’ más en una fotografía filtrada

España es una república malsana de bulos y maledicencias donde el más tonto con un móvil es capaz de hacer de la mentira y de la provocación un arma de destrucción masiva

De las películas X en un cine de barrio a las películas que se montan algunos en X. Esa misma parte de la sociedad que se ha olvidado de los 160.000 fallecidos en España por la pandemia al doblar nuestra esquina del tiempo. Una sociedad que convierte la memoria en un outlet de oportunidades, sin rigor ni pudor. "Nadie mata a nadie, nadie se suicida, nadie se muere de pena, y nadie llora más de tres días seguidos". Así, como lo cuenta Grandes en Malena es un nombre de tango, es el síntoma mismo de una sociedad hedonista y virtual que da por bueno casi todo porque no cree en nada. Pero ¿cuándo se jodió nuestro Perú?, si glosamos a Llosa. Fue ayer también. Cuando la razón cedió ante la morbidez y la inteligencia ante la mediocridad. Nadie hizo nada por evitarlo y así andamos. Es lo que hay. Termino, en fin, como concluye Grandes aquel libro que compré en la estación que hoy lleva su nombre. "¡Qué coño!".

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