Miguel Urdangarin sufrió hace unas semanas un aparatoso accidente mientras realizaba las prácticas del curso de monitor de esquí durante su estancia temporal en Ginebra, en Suiza.
El joven, biólogo marino de formación, lleva viviendo en Ginebra desde otoño del año pasado junto a su hermana Irene y su madre, la infanta Cristina, si bien esta última se encontraba en un viaje de cooperación en Colombia durante el momento del accidente.
Sin embargo, la infanta no dudó en cancelar toda su agenda -que incluía pasar la Semana Santa en Abu Dabi junto al rey emérito- para trasladarse de inmediato a Ginebra y estar con su hijo, quien se lesionó la rodilla derecha mientras descendía por una pista de difícil acceso.
Según avanzaba esta semana la revista ¡Hola!, el sobrino y ahijado del rey Felipe VI fue intervenido hace un par de semanas, justo cuando su abuela, la reina Sofía, tuvo que ser hospitalizada en Madrid por una infección en el tracto urinario.
Aunque su entorno ha guardado silencio por el momento, tal y como ha señalado el citado medio todo "ha salido bien" y el joven se encuentra con un buen estado de ánimo. Y es que el hijo de Iñaki Urdangarin tiene por delante unos seis meses de rehabilitación para volver a recuperarse y retomar el curso de instructor de esquí que comenzó hace cuatro meses.
Ahora, la misma revista anuncia que este revés parece que le ha empujado al joven a seguir los pasos de su hermana Irene y se va a tomar estos meses como un año sabático.
Según lo publicado, la idea de Miguel es pensar en su futuro y, cuando termine la rehabilitación, y después su curso de instructor en Suiza, será cuando volverá a pensar si entrar en el posgrado que tenía en mente. Eso sí, hay que matizar que no ha dejado los estudios sino que ha estado preparándose a distancia.
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