OPINIÓN

¿Molestan los niños en los restaurantes?

Restaurantes y viajes acaparan el 10% del total de las compras con tarjeta realizadas por los españoles (Foto de ARCHIVO) 27/5/2015
Una familia con dos niños comen en un restaurante
EUROPA PRESS / ARCHIVO
Restaurantes y viajes acaparan el 10% del total de las compras con tarjeta realizadas por los españoles (Foto de ARCHIVO) 27/5/2015

Igual es cosa mía, pero me da la sensación de que cada vez más gente se atreve a poner mala cara en un restaurante a los que vamos a comer con los niños. No hace falta ni que los críos la líen, hay gente a la que la mera presencia de un menor le vale para levantar la ceja con desconfianza por lo que va a pasar. Tú quieres evitar el conflicto, así que te pasas el rato repitiéndole a los niños que hablen bajito y que nada de levantarse, mientras te arrepientes de no haber ido a una hamburguesería de esas en la que te reciben con la trona.

Me pasó hace unos días en un restaurante que, la verdad, tampoco es que tuviera estrellas Michelin. Y tampoco es que mis hijos la montaran pardísima. Tan solo preguntaron de más que cuándo llegaba la comida y tiraron un par de cubiertos al suelo. Vamos, que su único pecado fue… ser niños. El caso es que la pareja de la mesa de al lado era de esas que se creen que hay espacios que les pertenecen por tener determinada edad y no pararon de fiscalizar su comportamiento.

Antes de que llegara el primer plato se les escaparon unos cuantos, muchos suspiros de agotamiento nada discretos. También un "si es que hay sitios que no son para niños". Y ahí ya salté porque mis hijos tenían el mismo derecho que ellos a estar allí comiendo macarrones. No se cortaron, me respondieron con un "son tus hijos, no los nuestros, y no tenemos por qué aguantarlos". Valió de poco que dijera que qué vergüenza de comentario. Estaban orgullosísimos de su egoísmo adultocéntrico.

Esa pareja era fan de esa tendencia de restaurantes, hoteles y demás espacios públicos en los que a los menores se les pone problemas para compartir espacio con ellos. No está claro ni que sea legal, que hay derecho de admisión en los locales, pero también un artículo 14 en la Constitución que dice que todos somos iguales ante la ley. A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría discriminar a alguien por el color de su piel, pero parece que está bien hacerlo por su edad.

Es bastante flipante la facilidad con la que se ha normalizado lo de cuestionar los derechos de los niños con la excusa de que es que "no se saben comportar". También se suelta a la ligera que la culpa de que no obedezcan es de los padres. Pues a veces sí porque sus padres pasan de todo, y a veces el niño está torcido y nada de lo que hagan sus entregados progenitores lo endereza.

A nadie con dos dedos de frente se le ocurriría discriminar a alguien por el color de su piel, pero parece que está bien hacerlo por su edad

La pareja del restaurante consiguió que nos fuéramos sin pedir postre para evitar líos. El caso es que si hubiéramos puesto en una balanza quién se merecía más salir a comer fuera y no limpiar la cocina, cualquiera con niños habría ganado por goleada, pero allí se quedaron ellos subiendo a Instagram el coulant. Y todo porque hay una parte de la sociedad cada vez mayor que cree que te puede hacer sentir culpable por tener niños que no se comportan como adultos.

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