Los coches que mezclan el todoterreno y el deportivo se han hecho populares en los últimos años. Son los SUV, del inglés Sport Utility Vehicle (Vehículo Utilitario Deportivo). Se trataba, pensaron sus diseñadores, de que un vehículo todoterreno no fuera necesariamente rústico, sino elegante, deportivo o, como poco, tan atractivo como un turismo convencional. Pero hoy los SUV se han transformado en símbolo de la voracidad del automóvil.

Las empresas automovilísticas apostaron por ellos y sus ventas están en auge. Un análisis de Greenpeace de los datos de Nielsen Media indica que los SUV reciben más publicidad que cualquier otro tipo de coche. En 2025, dice la organización ecologista, el 40% de todos los coches nuevos vendidos en el mundo podrían ser SUV.

La industria del automóvil decidió invertir mucho en los SUV y convencernos de que todos necesitábamos un coche grande, más grande; uno de esos que ocupan plaza y media de aparcamiento pero que, a cambio, pueden subirse a la acera, salvando cualquier bordillo. Los SUV hacen más pequeño al peatón.

Originalmente se diseñaron para circular por el campo, pero ahora son más un símbolo de estatus. De hecho, su presencia es más agresiva que la de un deportivo. Además, su mayor tamaño y peso significa que son grandes contaminantes, por lo que el aumento de sus ventas está anulando la mejora climática que estábamos alcanzando con los vehículos eléctricos.

Los 'Tyre Extinguishers', activistas climáticos

De manera que se ha abierto la veda contra los SUV. Han nacido grupos que los sabotean para salvar el planeta. Son los Tyre Extinguishers (literalmente, extintores de neumáticos), activistas climáticos que se dedican a desinflar los neumáticos de los todoterrenos para protestar contra su contribución a la contaminación.

Nuestra misión es hacer imposible poseer un enorme 4x4 contaminante en las zonas urbanas del mundo"

Todo empezó en 2007 en Suecia. Aquellos primeros activistas se autodenominaron "Los indios de la jungla de asfalto" y llegaron a desinflar más de 1.500 todoterrenos. La prensa sueca se hizo eco y lograron frenar un poco el aumento de las ventas de los SUV. Pero aquello duró poco.

Reaparecieron en 2021, pero en Reino Unido, aunque no se hicieron notar en las calles hasta marzo de 2022, cuenta Vice. Desde entonces han llevado a cabo acciones en al menos ocho ciudades de aquel país contra más de 3.000 todoterrenos, según sus propias cifras.

En Europa van creciendo grupos similares en 21 países, incluida España. Aseguran los activistas británicos que sólo en marzo han sumado más de 200 sabotajes en Alemania, 120 en Italia, otro centenar en Francia, 60 en Bélgica y 25, al menos, en Países Bajos o Suiza.

Armados con lentejas

Los Tyre Extinguishers definen su misión como "hacer imposible poseer un enorme 4x4 contaminante en las zonas urbanas del mundo". Lo hace, ya se ha dicho, por motivos climáticos, de contaminación atmosférica, pero también por seguridad vial y contra el símbolo de estatus que representan.

Es como hacer un trabajo, algo que tienes que hacer. No es divertido... me molesta que hayamos llegado a esto"

Para atacar al SUV y dejarle fuera de combate se ceban en su punto débil: los neumáticos. Y para ello van armados de legumbres. Tan sencillo como quitar la tapa de la válvula del coche, colocar la lenteja y volver a poner la tapa. Luego, se aprieta bien hasta que sisea. Un poco de paciencia y el aire del interior del neumático habrá escapado.

"Es hora de actuar, de sabotear las máquinas"

"A pesar de lo emocionante que es hacer algo que creemos que puede ser eficaz, es como hacer un trabajo, algo que tienes que hacer. No es divertido: odio perturbar la vida de la gente y me molesta que hayamos llegado a esto. Pero así es", comenta al periodista Douglas Rogers una veinteañera de los Tyre Extinguishers.

Preguntar educadamente y protestar no funciona... es hora de actuar, de sabotear las máquinas que nos están matando"

Se han inspirado en el libro de Andreas Malm, uno de aquellos pioneros suecos en el sabotaje con lentejas, titulado Cómo volar un oleoducto. Es lo que parece: un llamamiento explícito a usar la violencia contra las cosas (no contra las personas) en favor de la salud del planeta. "Cualquiera que se tome en serio la crisis climática debería leerlo. Llega un punto en el que preguntar educadamente y protestar ha dejado de funcionar... es hora de actuar, de sabotear las máquinas que nos están matando", comentan desde el grupo Tyre Extinguishers.

330 millones de SUV en 2022

Según un estudio de Greenpeace, publicado en 2023 en vísperas de la cumbre climática COP28, las ventas de modelos SUV de Toyota, Volkswagen y Hyundai-Kia aumentaron más de un 150% en la última década. Van "en dirección contraria" a los esfuerzos mundiales para contener las emisiones de CO2, "empujando todavía más al planeta hacia la catástrofe climática", según Erin Choi, de Greenpeace Asia.

El número de SUV en circulación en el mundo era de 50 millones en 2010, pero en 2022 ya eran 330 millones. El informe asegura que este tipo de vehículos emitieron más de 900 millones de toneladas de CO2 en el año 2021. Segun Greenpeace, si esta flota de automóviles fuera un país, sería el sexto más contaminante del mundo.

Los SUV están empujando todavía más al planeta hacia la catástrofe climática"

En 2022, los SUV del surcoreano Hyundai-Kia, del alemán Volkswagen y del japonés Toyota emitieron 298 millones de toneladas de CO2, según los cálculos de la institución. En ese mismo periodo, las emisiones de CO2 que se han evitado por el uso de vehículos eléctricos de estas marcas se calculan en solo 9 millones de toneladas. 

Greenpeace pide reducir la producción de SUV. Y no vale con cambiar los de gasolina por eléctricos, que es la tendencia, porque estos modelos tienen una huella de carbono más elevada que el resto de vehículos eléctricos, especialmente porque para su fabricación se necesita más acero.