Cómo transportar de forma segura los distintos tipos de alimento de nuestro perro cuando nos vamos de viaje

Viaja con tu perro seguro este verano.
Un perro deseando irse de viaje con su familia.
FREEPIK
Viaja con tu perro seguro este verano.

A la hora de viajar en épocas como las vacaciones o durante el puente de Semana Santa, muchas familias optan por ir acompañadas de su compañero de cuatro patas, con la organización extra que ello supone. De hecho, también es necesario hacer su maleta y no olvidarnos de su camita, su juguete favorito y un pequeño botiquín de primeros auxilios.

Otra de las cosas que no podemos olvidarnos si viajamos con nuestros perros es su comida. Esto que puede parecer evidente, a veces no es tan sencillo ya que, hoy en día, no solo alimentamos a nuestros peludos con piensos secos, si no que muchas familias optan por la comida húmeda o la dieta BARF.

Mientras que el pienso lo podemos transportar en su propio saco o en pequeños envases de plástico, otro tipo de comidas necesitan mantenerse a cierta temperatura y, ya no solo durante el viaje, también mientras permanecemos en el alojamiento. ¿Qué debemos tener en cuenta en este sentido? El espacio que necesitamos y si dispondremos de nevera en el establecimiento en el que nos hospedaremos.

Una de las situaciones en la que podemos vernos si alimentamos con comida húmeda o dieta BARF a nuestro perro es que el alojamiento cuente con nevera pero no tengamos suficiente espacio para todas las vacaciones. 

Una opción es que llevemos nuestra propia neverita (para aumentar el espacio) o que incluso optemos por llevar una nevera congelador para el coche, que podemos enchufar en el mechero del vehículo (que existen, aunque a un precio alto).

Si optamos por lo primero, es recomendable que llevemos durante el viaje unos bloques o geles de congelación para asegurarnos de que la comida se transporta a la temperatura adecuada y que se mantenga en perfectas condiciones durante nuestra travesía.

Además, también está la opción de ir comprando la comida durante el día a día (si tenemos esa posibilidad), ya sea a través de la carnicería o tiendas de animales (en el caso de dieta BARF) o en formato latas de comida húmeda, siempre teniendo en cuenta que debemos buscar marcas que ofrezcan este tipo de alimentación en formato completo (ya que la gran mayoría de latas suelen ser complementarias).

¿Y si no contamos con nevera?

Pero, ¿y qué pasa si el establecimiento no cuenta con nevera? De nuevo, existen soluciones. La primera es que optemos por comida casera, evitando siempre salsas o condimentos que puedan dañar su estómago, así como vigilar los huesos de pollo, entre otras precauciones.

Foto de archivo de un perro comiendo un premio.
Foto de archivo de un perro comiendo un premio.
PourquoiPas / PIXABAY

También podemos llevar comida deshidratada, que suele estar envasada, seca y que tan solo tendremos que mezclarla con agua caliente para rehidratar los ingredientes y poder ofrecérsela a nuestros compañeros de cuatro patas.

Esta opción es quizás la más cómoda, por lo que si nos decantamos por ella, no debemos olvidarnos de hacer una correcta transición los días antes del viaje y evitar así problemas gastrointestinales y situaciones como que al perro no le guste y tengamos que buscar una alternativa de emergencia.

De nuevo, también podemos optar por llevarle a nuestro perro latas de comida húmeda, que no necesitan mantenerse en frío. En este sentido, es importante hacer hincapié en la búsqueda de latas de calidad, con una composición adecuada para nuestros peludos y asegurarnos de que se trata de una comida completa diaria (y no latas complementarias a su dieta habitual).

Otro punto importante a tener en cuenta si optamos por llevar latas de comida húmeda es que dispongamos de un lugar donde guardarlas una vez abiertas. Podemos optar por tapers herméticos, a los que les podemos echar un poco de agua para que se mantenga mejor la comida (aun sin estar en la nevera) o por tapas adaptadas de silicona, que aíslan bastante bien si no vamos a tener el bote abierto durante mucho tiempo.

Por supuesto, también podemos optar por llevar pienso (que en el caso de que nuestro perro ya lo consuma de forma habitual, es lo más cómodo y práctico). En este sentido, debemos tener en cuenta que cambiar de una dieta natural o BARF a una seca puede causarle problemas de digestión a nuestro perro.

Por ello, deberíamos también realizar una transición los días antes y asegurarnos que le sienta bien y que a nuestro perro le gusta el pienso que hemos elegido. En cualquier caso, si tenemos dudas, lo mejor es consultarlo con nuestro veterinario de confianza un par de semanas antes de que realicemos nuestro viaje.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento