Así es la historia de Julia Hill, la activista que estuvo 738 días en la cima de un árbol para frenar la deforestación

  • Julia Hill se comprometió con la causa ambiental al admirar los bosques de secuoyas de California y unirse a grupos locales de conservación, dando inicio a su activismo.
Con apenas 23 años, y ante la presión de una empresa maderera, Julia decidió subirse a uno de los árboles centenarios del parque natural de Headwaters, en California.
Con apenas 23 años, y ante la presión de una empresa maderera, Julia decidió subirse a uno de los árboles centenarios del parque natural de Headwaters, en California.
Idee Contagiose / Flickr
Con apenas 23 años, y ante la presión de una empresa maderera, Julia decidió subirse a uno de los árboles centenarios del parque natural de Headwaters, en California.

El término ‘activismo medioambiental’ comenzó a utilizarse a finales del siglo XIX y principios del XX, a medida que la industrialización y la urbanización aceleraban la degradación del medioambiente. Figuras como John Muir, Rachel Carson y Chico Mendes se convirtieron en iconos de este movimiento, inspirando a millones de personas a unirse a la lucha por la protección del planeta.

En la década de 1970, la primera Cumbre de la Tierra en Estocolmo marcó un punto de inflexión, consolidando el activismo medioambiental como un movimiento global. Y es en esa década cuando nace Julia Lorraine Hill, más conocida como Julia 'Butterfly' Hill, una activista estadounidense, que se convirtió en un símbolo de resistencia cuando decidió vivir en la copa de un árbol durante 738 días.

Los primeros pasos en la lucha ambiental

Nacida en 1974 en Arkansas, Hill se sintió atraída por la fragilidad de los ecosistemas forestales desde una edad temprana. Su viaje hacia el activismo comenzó cuando se mudó a California y quedó impresionada por la belleza de los bosques de secuoyas. Sin embargo, esta admiración se transformó en preocupación cuando se enteró de los planes para talar estos árboles centenarios.

Motivada por el vínculo que sentía por la naturaleza y su deseo de preservarla para las generaciones futuras, Julia se unió a otros activistas en su lucha contra la deforestación. A medida que se sumergía más y más en la causa, se dio cuenta de que se necesitaba una acción mucho más directa y audaz para llamar la atención sobre el problema.

La decisión de 'ocupar' un árbol

En diciembre de 1997, a la edad de 23 años, Julia Hill tomó una decisión que cambiaría su vida y la historia del activismo ambiental. Inspirada por la valentía de aquellos que vinieron antes que ella, decidió subir a un árbol de secuoya en el bosque de Headwaters, en California y protegerlo, así, de la tala.

Su decisión no fue tomada a la ligera. La joven entendía los riesgos y sacrificios que implicaba su acción, pero estaba dispuesta a enfrentarlos en nombre de la causa que tanto amaba. Armada con una tienda de campaña y suministros limitados, comenzó su protesta pacífica en lo alto de una secuoya de 1500 años y 50 metros de altura a la que bautizó como Luna.

Durante los siguientes 738 días o, lo que es lo mismo, dos años y tres días, Julia Hill desafió las inclemencias del tiempo, la soledad y enfermedades e infecciones sobre una plataforma de tres metros cuadrados cubierta con una lona impermeable. Por supuesto, y a pesar de las dificultades, Julia encontró fuerza en su causa y en el apoyo de la comunidad de activistas que la respaldaba.

Desde su perchado en lo alto de Luna, Julia Hill utilizó su plataforma elevada para concienciar al mundo sobre los peligros de la deforestación y la importancia de proteger los bosques. A través de entrevistas, comunicados de prensa y llamadas telefónicas, mantuvo viva la atención sobre su causa, atrayendo la atención de los medios de comunicación y del público en general.

El legado de Julia Hill

Tras 738 días en la cima de un árbol, Julia Hill finalmente descendió de Luna el 18 de diciembre de 1999, después de que la empresa Pacific Lumber Company accediera a sus demandas de preservar el árbol y su entorno inmediato. Había logrado lo impensable: detener la tala de un árbol centenario y llamar la atención mundial sobre la importancia de la conservación del medio ambiente.

El legado de Julia Hill perdura en la memoria colectiva del movimiento ambientalista. Ha recibido numerosos premios y reconocimientos por su activismo, se han bautizado calles con su nombre, su aventura es la protagonista de numerosos libros y documentales e incluso inspiró un famoso capítulo de Los Simpson.

Con 50 años en la actualidad, continúa viviendo en California y se mantiene activa en la defensa del medioambiente. Además de su trabajo con Circle of Life, su propia fundación que se dedica a la educación ambiental y la promoción de la sostenibilidad, participa en conferencias, eventos y campañas para promover la protección de los bosques y utiliza su página web y redes sociales para seguir transmitiendo la importancia de cuidar de nuestro medio ambiente.

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