El panorama parece totalmente sacado de una película rodada en el sur de California, pero lo cierto es que es España, concretamente Cantabria. Estos árboles únicos y gigantes también se pueden encontrar en otros bosques del centro del país, en Valladolid, e incluso en el sur, en Andalucía.
El bosque de Cantabria ubicado en la CA-135, que une las localidades de Cabezón de la Sal y Comillas, fue declarado Monumento Natural en el año 2003 y es uno de los lugares naturales más sorprendentes de toda España.
Belleza paisajística
A pesar de su belleza paisajística, este bosque está considerado el parque más pequeño de los Espacios Naturales Protegidos de Cantabria. Cuenta con una masa forestal con casi 850 secuoyas con una altura media de 40 metros y un perímetro medio de 2 metros. Normalmente las secuoyas originarias de California (Estados Unidos) tienen unos 115 metros de altura, de ahí que la reserva de Cantabria sea considerada un bosque de "secuoyas bebé".
Las secuoyas del Monte Cabezón ocupan una extensión de 2,5 hectáreas en las que pueden realizarse diversas rutas de senderismo para disfrutar con la familia o con amigos. La entrada a la reserva es gratuita y se puede hacer con mascotas. El periodo más recomendable para el senderismo es en los meses de primavera y verano.
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Un recorrido por el bosque
Para llegar en coche a la reserva de secuoyas de Cabezón de la Sal hay que coger la autovía del Cantábrico A-8 y tomar la salida 249. A continuación, en la rotonda, tomar la segunda salida que indica la carretera CA-135, y en menos de un kilómetro estarás en el bosque de las secuoyas.
Una vez en el parque, hay un parking donde poder estacionar el coche y poder adentrarte en el bosque y observar mejor las secuoyas a través de un cómo paseo por una pasarela de madera con una longitud de 200 metros.
En el caso de hacer la ruta caminando debes saber que es un itinerario tranquilo y fácil, ideal para hacer con niños, bebés con carritos e incluso personas con movilidad reducida. Tiene una duración de, aproximadamente 1 hora y media, con una distancia de 2,3 kilómetros.
El trayecto es de fácil acceso. Hay que atravesar una pasarela de madera de muy poca pendiente. Una vez atravesado, hay que descender por un camino que lleva directamente al bosque de secuoyas. A la mitad del trayecto es posible hacer paradas para descansar, ya que hay algunos merenderos. Como el recinto es pequeño, es recomendable continuar por el resto del bosque para observar bien el panorama.
Qué ver cerca del parque de secuoyas
Cerca del parque de secuoyas se puede encontrar el Monte Cabezón, situado cerca de Cabezón de la Sal. Cuenta también con un gran número de secuoyas, aunque asimismo pueden realizarse planes divertidos como ver las minas de Udías o el Laberinto de Villapresente.
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