'Dejen de abrazar secuoyas': la petición de un pueblo de Cantabria para proteger su bosque

Varios árboles del bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal, Cantabria.
Varios árboles del bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal, Cantabria.
EFE
Varios árboles del bosque de secuoyas de Cabezón de la Sal, Cantabria.

Prohibir abrazar a los árboles. Es una de las propuestas que el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, en Cantabria, ha puesto sobre la mesa para evitar el deterioro del Monumento Natural de Secuoyas del Monte Cabezón, un espacio natural protegido que acoge cada año a más de 200.000 turistas que inmortalizan su visita con una fotografía abrazando a las secuoyas que conforman el parque. 

Una imagen repetida en redes sociales que, aunque aparentemente inofensiva, está perjudicando la vida de estos árboles, provocando que la corteza de ellos se esté debilitando, o que las raíces de las más de 840 secuoyas se estén quedando a la vista por la erosión al pasear por sus suelos.

"Se están debilitando los árboles porque la gente que viene se abraza a ellos, se degrada la corteza, incluso alguno se lleva trozos de corteza de recuerdo", explica a Efe Óscar López, alcalde de esta localidad, quién asegura que se han propuesto "salvar" este bosque de secuoyas de la masificación.  

Por ello, el Ayuntamiento de Cabezón de la Sal, junto con la Consejería de Turismo y Desarrollo Rural, está estudiando medidas para "dar una vuelta de tuerca" a la forma de acceder este espacio. Entre ellas, establecer un precio para entrar al parque, realizar visitas de manera controlada, o acotar incluso los accesos a muchos de estas secuoyas. 

"Proteger el parque"

En cualquier caso, desde el Consistorio insisten en que las medidas que se tomen de aquí en adelante no se toman con la idea de "buscar un beneficio económico", expresa López. "Lo que queremos es proteger el parque", subraya. 

Desde el Ayuntamiento sostienen que están estudiando así la idea de acotar los árboles de alguna manera, por ejemplo, mediante pasarelas que sirvan para evitar que se pasee por los suelos. También se estudia regular los accesos. "A lo mejor visitas guiadas, con reserva, para visitarlo de manera controlada", explica el alcalde, quién tampoco descarta establecer un precio si se quiere acceder a él: "Es una de las opciones". 

Otra de las opciones pasa por prohibir directamente el hecho de tocar los árboles. Actualmente no existe una normativa que lo indique, pero sí que se recomienda no hacerlo. Y, pese a implantarlo, el alcalde indica que la prohibición "no evitaría que se abracen a los árboles" al no haber vigilantes en el parque, por lo que también están analizando establecer vigilancia, tanto nocturna como diurna.  

Hasta 50 metros de altura

De cualquier manera, la especial protección de este parque se debe a la singularidad de las secuoyas que habitan en él. Los árboles que conforman este espacio no son autóctonos de Cantabria, sino que se plantaron en 1940 con el objetivo de utilizar su madera. Tras alcanzar los 50 metros de altura, se han convertido así en todo un reclamo turístico de Cantabria. 

Hasta 2,5 hectáreas es el espacio que ocupa este gran bosque de secuoyas, único en su especie. Con el objetivo de "conservar este particular paraje" y por tratarse también de una "especie rarísima", fueron declaradas monumento natural en Cantabria en el año 2003. 

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