En España se abandonas cientos de miles de animales al año, perros, gatos, hurones y otras pequeñas mascotas que terminan en en los centros de protección animal de todo el país, si tienen la suerte de ser encontrados antes de morir de hambre o atropellados, entre otros peligros a los que se enfrentan en la calle.
Los refugios de animales y las asociaciones dedicadas al rescate de estos peludos se convierten en los héroes que salvan miles de vidas al año, un trabajo que en su mayoría realizan voluntarios. Pero, ¿cómo es ser voluntario en un refugio de animales?
Nuria Álvarez, una de las voluntarias del centro de protección animal de Madrid, explica a 20minutos en qué consiste su trabajo diario y qué tipo de situaciones se encuentran en el centro. "Como voluntarios, nos dedicamos a pasear e interaccionar con los perros y a socializar y jugar con los gatos", cuenta.
"De esta forma disminuimos el estrés producido por el abandono y encierro prolongado de los animales, a la vez que les enseñamos hábitos que les servirán para su futura adopción como puede ser pasear adecuadamente, llevar bozal o no tener miedo a las personas", detalla.
Jornadas de puertas abiertas para fomentar la adopción
Álvarez asegura que la mayor parte de los abandonos se deben "a la irresponsabilidad de personas a los que los cuidados y convivencia con un animal ya no les cuadra con su estilo de vida". "Aunque también algunos llegan aquí tras el fallecimiento de su dueño", agrega refiriéndose al centro de protección animal.
En cuanto al tipo de perros que suelen cuidar, Álvarez explica que aunque hay muchos perretes mayores los que predominan son los jóvenes de entre uno y tres años. "Los que lo tienen más difícil para salir adoptados son los considerados PPP (perros potencialmente peligrosos) y sus cruces", lamenta la voluntaria.
"Para su adopción es necesaria una licencia que se obtiene tras realizar un test psicotécnico, adquirir un seguro de responsabilidad civil y la ausencia de antecedentes penales", añade. "Además, deben ir siempre atados y con bozal en cualquier sitio público".
En este sentido, Álvarez considera que estos requisitos complican que una persona se quiera animar y adoptar a un perro de estas características. "Por esto algunos perros se convierten en residentes de larga duración en el centro, pudiendo pasar cuatro, cinco o más años en un chenil", lamenta.
Con el objetivo de visibilizar la labor de los voluntarios y dar a conocer las historias detrás de los perros que conviven en el CPA de Madrid, se organiza una jornada de puertas abiertas anual en enero (que coincide con la festividad de San Antón (patrón de los animales). Sin embargo, desde el año pasado, la periodicidad ha aumentado.
"Los voluntarios organizamos jornadas de puertas abiertas en la que se prioriza el contacto y presentación de los animales", expresa Álvarez. "Los visitantes conocen a los perros y gatos que se encuentran aquí, se quedan con la idea de poder adoptar si lo desean en un futuro y si se animal, también pueden plantearse realizar un voluntariado".
Antes de pensar en comprar un perro hay que recordar a todos los que siguen esperando su oportunidad en la protectora
El pasado 2023 organizaron dos, una en el mes de mayo y otra en septiembre y ahora se encuentran a la espera de poder confirmar la primera a su cargo este 2024, que prevén que tenga lugar en abril (si el tiempo se lo permite).
"Como voluntaria he podido ver de primera mano el abandono que sufren los animales y el dolor psíquico que sufren tras perder a la persona humana que tenían de referencia y ser encerrados sin tener culpa alguna", cuenta. "Por eso, antes de pensar en comprar un perro pequeño o adquirir de la camada del vecino un animal, hay que recordar a todos los que siguen esperando su oportunidad en el centro de protección animal".
Álvarez añade que se trata de un miembro de la familia más y que, antes de tomar la decisión es importante pensar en si podremos encargarnos de él. "Si tenemos tiempo o economía suficiente, si tenemos ayuda para cuidarlo si en algún momento no podemos y si tenemos la paciencia y constancia para enseñarle a convivir con nosotros", concluye.
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