Libros, fotografías, CD de audio e imágenes, una muñeca de ganchillo, un par de gafas o una barra de labios son algunos de los objetos que la cantante Rosa León, la escritora Rosa Montero y la actriz Marisa Paredes han legado este viernes a la Caja de las Letras en el Día de la Mujer.
El Instituto Cervantes ha celebrado el Día Internacional de la Mujer con un acto en el que estas tres mujeres han depositado sus respectivos legados en la antigua cámara acorazada.
"Una cámara antes llena de dinero y de joyas, hoy de objetos de valor", ha dicho la presidenta del Consejo de Estado, Carmen Calvo, encargada de clausurar el acto, al que también han asistido la presidenta del Congreso de los Diputados, Francina Armengol, y el director del Instituto Cervantes, Luis García Montero.
"El legado de estas tres mujeres va a estar muy cerca del pasaporte con el que María Teresa León volvió a España después de haber estado en el exilio desde 1979", ha señalado Montero, que también ha recordado a creadoras como María Lejárraga, María Zambrano, Carmen Laforet, Victoria Camp, Amelia Valcárcel o Maruja Torres, entre otras.
"Gracias a ese compromiso, hemos aprendido que la libertad no es la ley del más fuerte, sino un marco de convivencia en condiciones de respeto y de igualdad", ha añadido Montero.
La primera en depositar el legado ha sido Rosa León, que ha dejado el libro Campo de amor, de Blas de Otero, el primer poeta al que musicó "con 15 o 16 años", ha señalado la cantante, que también ha depositado un ejemplar de Jardín cerrado, de Emilio Prados. Asimismo, también ha incluido el disco que grabó con Rafael Alberti y unas gafas. "Son las gafas que salen en el primer disco", ha detallado.
La escritora Rosa Montero ha entregado "un montón de objetos", entre ellos su primera pluma estilográfica. "Encuentro placer en la escritura a mano en cuadernos preciosos, luego termino en el ordenador", ha señalado.
Por otro lado, ha incluido dos libretas generales con notas de periodismo y apuntes de novelas y la prueba de portada de Historia del rey transparente, su libro "más ambicioso".
También ha añadido una muñeca de ganchillo que representa a Bruna Husky, protagonista de tres de sus novelas, y una salamandra metálica. "Soy una amante de la salamandras: tengo una tatuada y una colección de más de trescientas".
La última en incluir su legado ha sido Marisa Paredes, quien ha introducido en su caja un neceser con sus cosas de maquillaje, desde una rizador de pestañas a una barra de labios. "Es parte de mi vida profesional y lo más frívolo", ha señalado la actriz, quien también ha metido una mascarilla "para que no nos olvidemos nunca de esta peste terrible que nos igualó a todos".
Además, ha introducido un CD con la película El coronel no tiene quien le escriba, otro con el filme Tacones lejanos, una producción que le abrió las puertas "para trabajar en todo el mundo", ha subrayado, además de fotografías de varios rodajes.
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