Mantener el lavavajillas limpio y en buen estado es esencial para garantizar que funcione de manera eficiente y que los platos y utensilios salgan impecables en cada ciclo de lavado. Aunque pueda parecer contradictorio limpiar un electrodoméstico cuya función principal es la limpieza, la acumulación de residuos, grasa y cal puede afectar negativamente al rendimiento del lavavajillas con el tiempo.
Afortunadamente, con ingredientes simples como el bicarbonato de sodio y el vinagre, se puede dar a nuestro lavavajillas la limpieza profunda que necesita sin recurrir a productos químicos agresivos ni costosos.
Beneficios del bicarbonato y el vinagre
El bicarbonato de sodio y el vinagre son dos ingredientes naturales que han demostrado ser efectivos en la limpieza y desodorización de una variedad de superficies y electrodomésticos en el hogar, incluido el lavavajillas. Su capacidad para disolver la grasa, eliminar los residuos de comida y combatir la acumulación de cal los convierte en una buena opción para mantener el lavavajillas en óptimas condiciones de funcionamiento. Además, su naturaleza no tóxica y respetuosa con el medio ambiente los hace seguros para su uso en entornos donde se manipulan alimentos y utensilios de cocina.
El bicarbonato de sodio actúa como un agente desodorante y abrasivo suave que puede ayudar a eliminar los olores desagradables y la suciedad incrustada en el lavavajillas. Su naturaleza alcalina también puede neutralizar la acidez y combatir la acumulación de grasa y residuos de alimentos en las paredes y las piezas internas del lavavajillas.
Por otro lado, el vinagre blanco destilado, puede disolver los depósitos de cal y minerales que se acumulan en las paredes y las piezas internas del lavavajillas con el tiempo. Su acción desinfectante también puede ayudar a eliminar las bacterias y los gérmenes que pueden proliferar en un ambiente húmedo y cálido como el interior del lavavajillas.
Cómo utilizar el bicarbonato y el vinagre
La limpieza del lavavajillas con bicarbonato de sodio y vinagre es un proceso sencillo que puede llevarse a cabo con unos pocos pasos simples.
Se debe extraer el filtro y cualquier otra pieza desmontable del lavavajillas para limpiarlos manualmente con agua tibia y un jabón suave. Es fundamental asegurarse de eliminar cualquier resto de comida o suciedad que pudiera estar atrapado en las piezas.
En un recipiente pequeño, se mezcla aproximadamente media taza de bicarbonato de sodio con una taza de vinagre blanco destilado. La combinación de estos dos ingredientes provocará una reacción efervescente que contribuirá a descomponer y eliminar los depósitos de cal y grasa en el interior del lavavajillas.
Se vierte la solución de bicarbonato de sodio y vinagre en el fondo del lavavajillas, asegurándose de cubrir todas las áreas afectadas, incluyendo las paredes internas y las piezas móviles.
Se ejecuta un ciclo de lavado corto y caliente en el lavavajillas para permitir que la solución de limpieza realice su labor. El calor del agua y la acción del detergente ayudarán a disolver los residuos y a desinfectar el interior del lavavajillas.
Una vez finalizado el ciclo de limpieza, se abre la puerta del lavavajillas y se deja secar al aire. Se inspecciona el interior para asegurarse de que no quede ningún residuo de la solución de limpieza y se vuelven a colocar las piezas desmontables y el filtro en su lugar.
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