Esto es lo que sienten los gatos cuando les regañamos

Las vibrisas faciales de los gatos se encuentran en las mejillas, la barbilla y en las cejas, sobre los ojos.
La corrección positiva y el refuerzo de comportamientos deseables es mucho más efectivo.
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Las vibrisas faciales de los gatos se encuentran en las mejillas, la barbilla y en las cejas, sobre los ojos.

La convivencia con mascotas como perros y gatos implica un proceso de aprendizaje y educación similar al que vivimos con los seres humanos. Y este proceso es crucial para evitar conductas inapropiadas en los felinos, mejorar su bienestar y fortalecer el vínculo con sus compañeros humanos.

Sin embargo, comprender el comportamiento natural de los gatos puede resultar desafiante y, en ocasiones, lleva a cometer errores en su educación, como el de regañarlos de manera inapropiada.

En este sentido, es importante tener en cuenta que una educación incorrecta no solo puede generar temor o aversión en el gato hacia su dueño, sino que también puede perjudicar a su salud.

Las emociones que sienten al ser regañados

Los gatos son criaturas sensibles y, según el portal especializado Terapia felina, sus emociones van desde la alegría y la curiosidad hasta el miedo y la ansiedad. Por eso, cuando los regañamos, no solo experimentan una reacción física ante nuestro tono de voz o gestos amenazantes, sino que también están procesando una serie de emociones complejas.

Cómo responden los gatos 

El miedo

Es una de las respuestas más comunes que los gatos pueden experimentar cuando son regañados. El tono elevado de nuestra voz o los movimientos bruscos pueden desencadenar un instinto de supervivencia en el animal, haciéndolo sentir amenazado y vulnerable.

Este miedo del gato puede tener repercusiones duraderas en la relación entre el felino y su dueño, socavando la confianza y el vínculo que han construido juntos.

Confusión y estrés

Además del miedo, los gatos también pueden experimentar confusión y estrés cuando son regañados de manera inapropiada. Al no entender el motivo de nuestra reacción negativa, pueden sentirse desorientados y frustrados, lo que puede manifestarse en comportamientos no deseados como marcar espacios con orina fuera del arenero o la agresividad hacia otros animales o personas en el hogar.

No perciben el regaño como los humanos

Es importante recordar que los gatos no comprenden el castigo de la misma manera que lo hacen los humanos. A diferencia de los niños, que pueden asociar una reprimenda con su comportamiento, los gatos no tienen la capacidad cognitiva para hacer esta conexión de manera efectiva.

Los gatos tienden a asociar nuestras acciones con las emociones que perciben en ese momento, como el miedo o la confusión, lo que puede distorsionar su percepción de nosotros como sus cuidadores y compañeros.

Por otro lado, es fundamental reconocer que los gatos también son seres sociales que buscan la aprobación y el afecto de sus dueños. Cuando son regañados de manera justa y compasiva, pueden entender que su comportamiento no fue adecuado y buscarán formas de corregirlo para recuperar nuestro afecto.

En estos casos, la corrección positiva y el refuerzo de comportamientos deseables son herramientas mucho más efectivas que la tradicional regañina.

En conclusión, cuando regañamos a un gato, debemos ser conscientes de las complejas emociones que están experimentando y de cómo nuestras acciones pueden afectar su bienestar emocional y su relación con nosotros.

Es crucial abordar el comportamiento no deseado con comprensión y paciencia, buscando soluciones que promuevan el aprendizaje y fortalezcan el vínculo entre el gato y su dueño.

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