El interés por las letras del Tesoro persiste un año después del 'boom': los hogares adquirieron un tercio de la deuda en 2023

Así se vive en la cola del Banco de España la 'fiebre' por las letras del Tesoro.
La cola del Banco de España la 'fiebre' por las letras del Tesoro.
Bieito Álvarez
Así se vive en la cola del Banco de España la 'fiebre' por las letras del Tesoro.

Hace poco más de un año, los pequeños ahorradores se agolpaban a las puertas del Banco de España para comprar letras del Tesoro. Pocas veces las subastas de deuda pública había causado tanta expectación. En plena subida de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE) y ante las reticencias de los bancos para mejorar las condiciones de sus productos, esta fórmula se convirtió en una inversión atractiva para muchos por su rentabilidad y su seguridad. El apetito de los pequeños ahorradores se despertó hasta el punto de convertirse en 2023 en los principales tenedores de letras, concentrando un tercio de las emisiones. A la espera de que el BCE empiece a bajar los tipos de interés, por el momento los particulares mantienen su interés por la deuda pública.

El Tesoro celebró esta semana su primera subasta del mes de marzo, en la que colocó cerca de 5.118 millones de euros en deuda a corto plazo, mejorando las rentabilidades ofrecidas en febrero. Las peticiones por parte de personas e instituciones interesadas en hacerse con una parte de esta deuda casi duplicaron la cuantía finalmente adjudicada. En concreto, se registraron solicitudes por valor de 9.648 millones de euros (3.102 a seis meses y 6.546 millones a doce meses). 

Aunque la estadística ofrecida por el Tesoro no recoge el desglose de las solicitudes por tipo de inversor, la demanda realizada por parte de particulares se puede estimar a partir de las peticiones no competitivas, en las que el comprador participa en la subasta sin indicar un precio y acepta el valor medio que resulte de la puja. Este tipo de órdenes marcaron un nuevo máximo en la primera salida al mercado de marzo, registrándose peticiones por valor de 2.342 millones de euros (912 a seis meses y 1.430 a doce), 700 millones de euros más que en febrero. Esto supuso que casi una cuarta parte de las peticiones para comprar deuda pública procedieron de inversores minoristas.

En la primera puja de marzo no solo creció la demanda, sino también la rentabilidad. En concreto, el Tesoro adjudicó 1.232 millones de euros en letras a seis meses con un tipo de interés del 3,715%, por encima del 3,688% de la anterior emisión, y 3.886 millones en letras a doce meses a un interés del 3,516%, frente al 3,359% de febrero. Esta rentabilidad se mantiene por encima de la gran mayoría de productos ofrecidos por los bancos, de ahí el interés de los pequeños ahorradores más conservadores por las letras del Tesoro. Actualmente en el mercado ya es posible encontrar depósitos bancarios con una rentabilidad de hasta un 3,7% a un año, aunque la mayoría se aproximan más al 3%. 

Las letras del Tesoro a seis, nueve y doce meses llegaron a ofrecer en la segunda mitad de 2023 rentabilidades por encima del 3,8%, después de haber cerrado diciembre de 2022 por debajo del 2,5%. Este ascenso hasta niveles máximos en más de una década se debió a la subidas de los tipos acometidas por el BCE para tratar de domar la inflación, que empujaron al alza los intereses pagados por la deuda pública. Desde que iniciara el endurecimiento de la política monetaria en la eurozona en julio de 2022, el organismo presidido por Christine Lagarde ha acordado diez alzas consecutivas que han elevado los tipos de interés hasta el entorno del 4,5%, un nivel sin precedentes en la historia del euro. 

Estas rentabilidades han despertado el apetito inversor de los pequeños ahorradores, que pasaron de hacerse con apenas el 2,4% de las letras emitidas en 2022 a adquirir el 33,33% de las adjudicadas en los once primeros meses de 2023, según los últimos datos publicados por el Tesoro. A falta de conocer el detalle de la subasta de diciembre, los españoles compraron el año pasado a título particular 23.977 millones de los 71.940 millones de deuda pública subastada en letras, convirtiéndose en los principales propietarios. Les siguieron los inversores extranjeros y los bancos, que se hicieron respectivamente con el 23,26% y 14,71% de las emisiones, frente al 58,54% y 19,37% que concentraban a las mismas alturas de 2022. Por su parte, las aseguradoras y las Administraciones Públicas adquirieron respectivamente el 3,41% y 5,7%, mientras que los fondos de inversión compraron el 8,66%.

Según las previsiones del Gobierno, el Tesoro buscará colocar en 2024 unos 257.572 millones de euros para sufragar el gasto público -un 2% más que en 2023-, de los cuales 55.000 millones serán deuda nueva. Está por ver si la atractiva rentabilidad de las letras continúa a lo largo del año y los pequeños ahorradores mantienen su apetito inversor. "Con la frenada a nuevas subidas de tipos de interés por parte del BCE, es probable que exista un estancamiento y ulterior descenso en la rentabilidad de las letras del Tesoro y bonos y obligaciones del Estado", valora David Tercero, profesor de Economía de la Universidad Pontificia Comillas ICADE.

Por el momento, la autoridad monetaria mantiene los tipos en máximos históricos. El organismo con sede en Frankfurt se reunió este jueves y dejó inmóvil el rango en el que frenó su subida hace cinco meses, entre el 4% con el que el BCE retribuye los depósitos y el 4,5% de su tipo principal de refinanciación. La propia Lagarde ha reconocido que es "probable" que la primera bajada llegue en verano, apuntando a la cita del organismo de junio como momento clave para marcar un punto de inflexión en la política monetaria, aunque al mismo tiempo insiste en pedir prudencia.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento