Son tiempos difíciles para la agricultura y no solo por las protestas de un sector que se confiesa "machacado" por una burocracia excesiva, las ventas a pérdidas o los precios del gasoil. La escasez de lluvias y las altas temperaturas también están pasando factura al campo y en los últimos meses voces expertas han señalado en la misma dirección: España tendrá que aprender a convivir con la sequía porque se está cronificando.
En la Comunidad de Madrid hay un lugar en el que se trabaja desde hace un tiempo en esta línea. Se trata de la finca experimental La Chimenea, situada entre las localidades de Chinchón y Villaconejos, dentro del término municipal de Aranjuez. En sus 285 hectáreas, los trabajadores del Instituto Madrileño de Investigación y Desarrollo Rural, Agrario y Alimentario (IMIDRA) desarrollan proyectos de investigación y desarrollo tanto ganaderos como agrícolas.
En este segundo grupo se enmarcan estudios en torno a la gestión del suelo y sobre técnicas de cultivo, incluyendo la búsqueda de plantas que se adapten mejor a la coyuntura climática actual. Actualmente se trabaja en la recuperación de variedades autóctonas que presentan buenos índices de resistencia a la escasez de lluvias y no solo eso: también garantizan rendimientos óptimos a los agricultores y reducen la necesidad de recurrir a tratamientos químicos, otra cuestión en el centro del debate de la agricultura actual.
Los investigadores del Imidra trabajan con cultivos como la almorta, la alholva o la algarroba, relegados de nuestros campos desde hace décadas en algunos casos; y también estudian hasta nueve variedades de garbanzo, que se presentan como más productivas y tolerantes a enfermedades como la rabia y el tizón.
"En La Chimenea vemos lo que es el futuro de la agricultura", ha resaltado Carlos Novillo, consejero de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid, que este martes ha visitado la finca de Aranjuez. "Se están llevando a cabo una serie de estudios para luego aportárselos a nuestros agricultores y nuestros ganaderos con el objetivo de permitirles adaptarse mejor a los duros tiempos en los que viven", ha añadido el responsable autonómico.
Novillo, además de destacar el "mejor comportamiento" que ofrecen las variedades con las que están trabajando los profesionales del Imidra, ha incidido en que estas investigaciones pueden a ayudar a los agricultores a hacer esas rotaciones de cultivos que les exige la normativa. Permitirá que no sean "rotaciones perdidas", ya que los agricultores podrán encontrar "producción" en ellas. "El Imidra, desde la Comunidad de Madrid y con la investigación, está intentando apoyar a este sector que es fundamental", ha añadido.
El consejero de Medio Ambiente igualmente ha subrayado los beneficios que conlleva el cultivo de leguminosas. "Son unas plantaciones esenciales que fijan nitrógeno y que hacen el suelo más productivo para luego rotarlo con cereales y también para poder alimentar al ganado", ha explicado Novillo.
El consejero ha señalado que, además de estas investigaciones, desde el Ejecutivo regional se apoya a los agricultores afectados por la sequía con ayudas. En concreto, desde el Gobierno de la Puerta del Sol se ha resaltado que se han destinado 4,3 millones de euros para compensar las pérdidas ocasionadas por la sequía a las casi 76.000 hectáreas declaradas en la Política Agraria Común (PAC) de 2023. De ellas, algo más de 9.600 han sido leguminosas.
"Desde el Gobierno regional se va a seguir apoyando a los trabajadores del campo madrileño, como ya se ha hecho con los más de 6,3 millones de ayudas con fondos propios, de los que se han beneficiado cerca de 1.800 productores", ha asegurado Novillo.
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