Tanta Europa
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La UE constata falta de mayoría para imponer sanciones al gas licuado ruso como pide Ribera para no prohibirlo de forma unilateral

La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, este lunes en Bruselas, donde participa en un Consejo de Energía.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, este lunes en Bruselas, donde participa en un Consejo de Energía.
Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.
La vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, este lunes en Bruselas, donde participa en un Consejo de Energía.

El Gobierno no quiere imponer de forma unilateral un veto a las importaciones de gas natural licuado (GNL) desde Rusia, que tienen en las regasificadoras españolas uno de sus principales puertos de llegada, pero de momento esta parece que va a ser la única alternativa, después de que este lunes los ministros europeos de Energía hayan constatado que no existe la unanimidad que sería necesaria para imponer nuevas sanciones a Rusia, en este caso para prohibir su comercio de GNL con compañías europeos. Este ha sido la conclusión de una reunión a la que la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, ha llegado pidiendo un "enfoque común" y una propuesta de la Comisión Europea que debería estar sobre la mesa "cuanto antes" para que todos los Estados miembros prohíban de forma concertada la entrada del gas que sigue llegando a la UE por barco. 

"Si lo prohíbo unilateralmente y viene de Francia...", ha declarado Ribera a su llegada al Consejo de Energía que de este lunes en Bruselas, donde ha apuntado que "sería bueno que podamos contar con una recomendación común de la Comisión, con un enfoque general". "Tenemos que contar con un enfoque general de la UE e insistiremos en eso, en la necesidad de una posición común de la UE, no en el futuro, sino cuanto antes", ha dicho.

Dentro de la sala, el debate se ha suscitado a petición de Lituania, uno de los países que más radicalmente quieren romper con Rusia, un país fronterizo por el que se siente constantemente amenazado. Según ha explicado al final la presidenta semestral del Consejo, la ministra belga, Tinne Van der Straeten, esta cuestión ha provocado la discusión entre los ministros, que han comprobado que no hay unanimidad para aprobar una nueva sanción contra el gas ruso, que desde el año pasado sí afecta al que llega por gasoducto.

"En el Consejo de Energía no se da por hecho [la unanimidad], porque además no sería el Consejo adecuado para estas sanciones", ha añadido Van der Straeten, ministra de Bélgica que, junto con España y Francia, es uno de los principales países importadores del gas ruso por barco. Hace unas semanas, ella misma mostró sus dudas sobre la posibilidad de actuar de forma unilateral contra el GNL ruso, porque iría en contra de empresas nacionales que comercian. 

Posición común y contrato de Naturgy

Sin concretar tanto ni aludir a contratos privados, Ribera ha dejado claro que no tiene mucho sentido que un país de la UE prohíba el GNL ruso si otros lo permiten y ha recalcado "sería bueno y significativo que podamos contar con una recomendación común de la Comisión, un enfoque general de cómo reducir o prohibir las importaciones desde Rusia".

De momento, del Consejo de Energía no ha salido una posición concertada en este sentido, con la comisaria de Energía, Kadris Simson, advirtiendo de que el comercio de GNL va en contra de la independización energética de Rusia y sigue siendo una fuente de ingresos para Vladimir Putin. "No podemos permitir que Rusia compense a través de los canales del GNL la parte de los volúmenes que ha perdido" de exportaciones de gas natural a la UE, ha recalcado.

La discusión de este lunes tiene que ver con el acuerdo que alcanzaron el pasado diciembre Parlamento Europeo y Consejo de la UE sobre la directiva de gases renovables que incluye una "cláusula de emergencia" que permitirá a cada país de la UE actuar en solitario y decidir unilateralmente si prohíbe las importaciones de gas natural licuado (GNL) procedentes de Rusia que, al contrario, que el gas que llegaba a la UE por gasoducto, no está sujeto a sanciones europeas. Será un hecho a partir de abril, cuando la Eurocámara celebrará la votación definitiva sobre esta cuestión.

España, como también le pasa a Bélgica, se resiste a activar esta herramienta.  En su lugar, para Ribera "sería bueno y significativo que podamos contar con una recomendación común de la Comisión, un enfoque general de cómo reducir o prohibir las importaciones desde Rusia", en lugar de "tomar nacionalmente" la medida, tal y como permite la cláusula que se ha insertado en la directiva de gases renovables, contra el gas de Rusia y también de Bielorrusia. Esta disposición permitiría al Gobierno español pasar de los llamamientos a los operadores para que dejen de comprar gas de Rusia a los hechos, prohibiendo su entrada, pero que también podría perjudicar a estas mismas empresas. 

Una de ellas es Naturgy, que mantiene vigente un contrato por diez años que firmó en 2013 y que empezó a funcionar en 2018, antes de la guerra en Ucrania. "Estamos obligados a honrar nuestros contratos", advirtió hace unos días su presidente, Francisco Reynés, que aseguró que "desde el inicio de la guerra [en Ucrania] no hemos comprado en Rusia ni un megavatio más de lo que dice nuestro contrato, solo hemos cumplido con nuestros compromisos".

España sigue siendo uno de los países europeos que más GNL ruso importa, en virtud de acuerdos entre comercializadoras privadas contra los que hasta ahora el Gobierno aseguraba que no podía actuar. El año pasado, España, Francia y Bélgica recibieron el 80% de estas importaciones, que entre 2021 y 2023 crecieron un 11%. Según Enagás, en enero de 2024 Rusia era el tercer principal origen del gas que entra en España, después del GNL de Estado Unidos y del gas que llega desde Argelia por gasoducto y llegaron de allí 8.687 gigavatios de gas, un 26,9% más que en enero de 2023. 

De acuerdo con un informe de seguimiento de las importaciones europeas de GNL desde Rusia que elabora el think tank con sede en Londres IEEF, el año pasado la UE gastó más de 8.000 millones en importar GNL ruso, de los que los operadores españoles pagaron la mayor cantidad, 2.310 millones, por delante de Francia, Bélgica y Países Bajos y dos puertos españoles aparecieron entre los cinco que más metaneros rusos con GNL han recibido en estos dos años, el de Bilbao y el de Mugardos, en Ferrol.

Por otra parte, los ministros europeos de Energía han acordado este lunes mantener al menos hasta 2025 el objetivo de reducir la demanda de gas en un 15%, aunque ahora ya solo de manera "voluntaria", tal y como recomendó la Comisión Europea. Ribera ha dado por buena la propuesta, dado que "afortunadamente" la situación ahora dista mucho de la de entonces. Los ministros también han debatido sobre cómo impulsar la industria fotovoltaica en la UE, como hace unos meses se quiso hacer con la eólica en el paquete eólico que presentó la Comisión.

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