La investigación del caso Koldo revela un "súper jefe" que "no se menta por teléfono" y que estaría en la cúspide de la trama

El exasesor de José Luis Ábalos, Koldo García, a su salida de la Audiencia Nacional el 22 de febrero.
El exasesor de José Luis Ábalos, Koldo García, a su salida de la Audiencia Nacional el 22 de febrero.
EP
El exasesor de José Luis Ábalos, Koldo García, a su salida de la Audiencia Nacional el 22 de febrero.

El caso Koldo deja cada vez más incógnitas, a las que ahora se suma la existencia de un "súper jefe" que, según se desprende del sumario de la Guardia Civil, se trataría de una "tercera persona" a la que no se habría querido "mentar por teléfono" y que estaría en la cúspide de la trama, por encima de los principales cabecillas.

Esta persona, que se sitúa en "el nivel superior de la toma de decisiones", no se trataría de los principales investigados, es decir, no sería el presidente del Zamora CF,  Víctor De Aldama; el empresario Juan Carlos Cueto, ni el exasesor del exministro José Luis Ábalos, Koldo García. Ahora bien, la Unidad Central Operativa (UCO) señala que este nuevo actor de la trama "estaría relacionado con la gestación de los contratos investigados".

Una conversación telefónica registrada el 15 de septiembre de 2023 ha sido la clave que ha permitido a los agentes llegar a esta conclusión. La llamada habría sido entre P.L., una trabajadora del presidente del Zamora CF, y el supuesto 'cerebro' del caso, Juan Carlos Cueto. La llamada se produjo el día en que la mujer se iba a reunir con un abogado que conocía de la inspección de Hacienda a la que se tenía que someter De Aldama.

Durante esta charla, los interlocutores mencionan a Israel Pilar, supuesto intermediario de las empresas suministradoras de material sanitario, de quien De Aldama le habría contado a la trabajadora. Los interlocutores hablan de dos cartas a firmar por José Vidal e Israel Pilar y que habrían sido redactadas por esta mujer para justificar los servicios prestados por MTM 180 CAPITAL SL y DELUXE FORTUNE SL. Vidal accedió a firmarla, pero Israel aseguraba que no conocía a De Aldama ni sus sociedades.

Entonces, la trabajadora "comenta la falta de interés de De Aldama por la inspección" y le deja claro a Cueto que "Isra no le toque las pelotas porque tiene fotos de él con el súper jefe". Así, la mujer añadió: "Ya sabe quien es súper jefe en esta historia". De ello se infiere que ambos tienen constancia de la existencia de una tercera persona que no quieren mentar por teléfono.

Días más tarde, la trabajadora y Cueto vuelven a hablar sobre la documentación que iban a presenta a la Agencia Tributaria y en esa conversación se menciona que iban a aportar "multitud de conversaciones de la aplicación de mensajería WhatsApp en los que se evidencian" los servicios prestados por Israel. 

En un punto de esa llamada, según apunta la UCO, se llegó a afirmar: "Hasta en el WhatsApp de Víctor (De Aldama) hay fotos de Israel Pilar que no se pueden enseñar... con el ministro". Según la Guardia Civil, Israel "es considerado el enlace, el primer eslabón" por Cueto, de Aldama, la trabajadora y el empresario Íñigo Rotaeche. 

"Israel fue un intermediario que habría presentado a Aldama a las personas que se estaban encargando de suministrar mascarillas. Cueto y Rotaeche hacen referencia a que más de la mitad del negocio pasó por Israel, el cual habría cobrado sus comisiones a través de una sociedad", añade.

El sumario también revela que cuatro meses antes de su detención, Koldo le comenta a su hermano Joseba que sabía que la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil le estaba investigando gracias a un chivatazo, del que la propia institución fue consciente e inició una investigación para saber el origen de la filtración.

Es más, Koldo le informa el 17 de octubre que se va a con reunir con guardias civiles y que cree que hay 27 personas investigadas. Esto lleva a los investigados a empezar a utilizar apodos (a De Aldama se refieren ya como "perro", "pitbull", "búfalo" o "guau guau") y a no hablar con claridad por teléfono, un hecho que, según la UCO, refuerza el hecho de que toman medidas de seguridad y que los asuntos que les conciernen serían lo suficientemente sensibles como para abordarlos en persona.

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