Cada vez se conocen más detalles de lo ocurrido con el edificio incendiado este jueves en Valencia, pero las incógnitas continúan alrededor de  los motivos por los que se propagó el fuego de manera tan rápida. El inmueble, que terminó de construirse en 2008, fue edificado por la inmobiliaria catalana FBEX, una promotora que quebró en 2010 debido a la burbuja inmobiliaria con una deuda de 600 millones de euros. 

Fundada en Barcelona en 1918, la promotora, que operaba sobre todo en Cataluña, Baleares, Murcia y la Comunidad Valenciana, llegó a construir miles y miles de viviendas en estas localidades, a tener más de 220 empleados y a facturar por encima de los 170 millones de euros anuales en 2007. 

Fue poco después de ese año cuando comenzaron los problemas. En 2010, último ejercicio declarado, la empresa anotó unas pérdidas de más de 150.000 euros. Además, contaba en ese año ya con propiedades entregadas en garantía para hacer frente sus deudas, que superaban los 600 millones. Ese mismo año, la inmobiliaria entró así en concurso de acreedores, declarando una deuda de 640 millones de euros, y con activos inmobiliarios en poder de los bancos por valor de 165 millones. 

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La sociedad estaba controlada por el administrador único, Juan Parada Henares, que poseía el 49,07 % de las acciones de forma directa, además de un 23,28 % a través de Gestión y Tramitación de Viviendas SL y un 9,69% con la firma JP Sica. El 17,96 % restante estaba en poder de otros socios. Además de la deuda con la banca, la empresa debía 27,7 millones de euros a las administraciones públicas.

En el año 2008, justo cuando se terminó de construir la promoción de viviendas de El Campanar entre las que se incluye el edificio calcinado, su deuda se llegó a disparar incluso por encima de los 1.500 millones de euros, tras lo que acordó un aplazamiento con la banca que terminó convirtiéndose en que parte de sus activos y créditos fueron traspasados a la Sareb, el banco malo español. Este llegó a vender a una promotora por 12 millones de euros las torres de 19 plantas que FBEX había dejado a medio construir en la localidad valenciana de Canet d'en Berenguer. 

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En 2022, después de que la banca rechazase su propuesta de convenio, que preveía quitas del 85%, la inmobiliaria inició la fase de liquidación del grupo, cuya deuda alcanzaba entonces los 463 millones de euros. Además, la empresa fue mencionada durante el juicio al "Madoff" español, Germán Cardona, al que en 2018 el Tribunal Supremo confirmó la condena de 13 años y 3 meses de cárcel por asociación ilícita, estafa, falsificación documental y blanqueo al considerar que defraudó 390 millones de dólares. 

El que era el administrador de FBEX, Juan Parada Henares figura ahora como consejero delegado de Catalana Internacional de Valoraciones SA. El empresario es además conocido por haber declarado como testigo en el juicio por blanqueo de capitales contra Jordi Pujol Ferrusola, primogénito del expresidente de la Generalitat, Jordi Pujol Soley.