Todos quieren a Rutte: el elegido para liderar la OTAN frente a Rusia y los órdagos de Trump

Mark Rutte
Mark Rutte
Henar de Pedro
Mark Rutte

La OTAN está inmersa en muchos frentes. A su papel en la guerra de Ucrania se suma un horizonte en el que Donald Trump puede volver a la Casa Blanca y con ello complicar las dinámicas de la Alianza Atlántica. Y también la organización tiene que elegir a un nuevo secretario general que sustituya a Jens Stoltenberg; el noruego ha prorrogado su estancia en el cargo tres veces, pero en cuestión de meses dejará paso a una cara nueva. En un mundo lleno de incertidumbres parece que su reemplazo está cada vez más claro, y todo apunta a que será Mark Rutte.

Todos los aliados -al menos los importantes- quieren que el primer ministro de Países Bajos (ahora en funciones) asuma un reto mayúsculo por cómo se presenta el mundo en los próximos años. Ya era favorito hace meses, tal como adelantó 20minutos, pero ahora ha sumado apoyos públicos que parecen allanar del todo el camino. Hay tres países capitales en ese 'abrazo' a Rutte: Alemania, Reino Unido y, sobre todo, Estados Unidos. Le ven como el candidato ideal, y también puede contar con el apoyo de otros miembros como Países Bajos (evidentemente), España o Italia. Bien es cierto que gusta menos entre los Bálticos, pero estos no se antojan listos para presentarle rivales de entidad.

"Esta función sería interesante, ya que ofrecería la oportunidad de contribuir durante unos años a la escena internacional en un periodo de cambios mundiales espectaculares", dijo el propio Rutte hace meses sobre una posibilidad que tomó cuerpo una vez que no se presentó a las últimas elecciones en su país. La OTAN siempre ha sido su siguiente objetivo, incluso pese a estar también en las quinielas para convertirse en el próximo presidente del Consejo Europeo. Directo, sin mucho filtro, conocedor de las dinámicas internacionales y muy serio, da el perfil para lo que pide ahora mismo la organización atlántica.

Un paso clave para que su nominación pueda salir bien se produjo cuando Países Bajos, hace solo unos meses, se alineó con Estados Unidos para 'empujar' en la competición frente a China en el mercado de los semiconductores, dado que Ámsterdam es uno de los puntos europeos más potentes en este sentido. Rutte optó entonces por multiplicar los controles sobre Pekín, siguiendo el ritmo que marca Washington. Esto además se alinea con el objetivo de alcanzar "un papel más importante de la UE para garantizar la coherencia de nuestras políticas en materia de seguridad, comercio y tecnología", tal como pide la Comisión Europea.

"Siempre ha ido el primero en la lista de posibles. Él quiere, la mayoría de aliados le apoyan y cumple las condiciones que se piden ahora para el cargo. Es la opción más lógica", reconocen repetidas veces fuentes de la Alianza Atlántica consultadas por este medio. De hecho, asumiría el papel de líder en un momento en el que la exigencia para la OTAN es más alta que nunca. Primero por lo evidente: tiene que mantenerse el apoyo a Ucrania, pero no solo eso, sino que además tendrán que adaptarse todas las respuestas a las necesidades que vaya teniendo Kiev en una guerra que está completamente estancada.

Ese posicionamiento contra Putin por parte de Rutte se volvió a ver en su reacción tras la muerte de Alexei Navalni. "Ilustra la brutalidad sin precedentes del régimen ruso", sostuvo, en un órdago que puede entenderse como un aviso al Kremlin de quien apunta a ser el próximo secretario general de la OTAN. Rutte, además, cuenta con su experiencia de más de una década como primer ministro, con lazos importantes a nivel global y un conocimiento profundo de lo que es gestionar crisis relevantes. "Todo suma, claro", terminan las fuentes.

El holandés, eso sí, también tendría que lidiar llegado el caso con un vuelco importante en Estados Unidos, país líder de facto de la OTAN; y es que Donald Trump puede regresar al poder, y eso sería un problema para la Alianza Atlántica. El expresidente de Estados Unidos está de lleno en la carrera de vuelta a la Casa Blanca y en esa campaña ha lanzado un órdago; en un acto aseguró que no daría protección a un aliado que no llegue al 2% de inversión en Defensa. Puso un ejemplo al parecer real: "Es más, le dije que animaría a Rusia a hacer lo que le diera la gana. Aquí se paga".

Esas palabras enervaron a la organización y tuvo que salir al paso hasta el predecesor (presumiblemente) de Rutte, el propio Jens Stoltenberg. "La OTAN sigue estando preparada y capacitada para defender a todos los aliados", reaccionó el noruego. La mentalidad de Trump es otra, y en el caso más extremo podría plantear la salida de Estados Unidos de una organización que ahora lidera de puertas hacia dentro. Eso sí, ese abandono no sería sencillo: el año pasado el Senado americano aprobó una ley bipartita que exige a cualquier presidente dos tercios de la Cámara para poder dejar la Alianza, algo que además no ha hecho ningún país hasta ahora. De hecho la tendencia es la contraria, pues Finlandia se sumó hace unos meses y Suecia va por el mismo camino. Rutte será quien, salvo sorpresa, tenga que lidiar con todo estos frentes.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento