Dos años de guerra en Ucrania con la paz más lejos que nunca: "Es como una partida de ajedrez condenada a las tablas"

Zelenski, visitando este verano a sus tropas desplegadas en Kupiansk.
Zelenski, visitando este verano a sus tropas desplegadas en Kupiansk.
EP
Zelenski, visitando este verano a sus tropas desplegadas en Kupiansk.

Se cumplen dos años de guerra en Ucrania y la paz parece ahora más lejana que nunca. Ni Rusia es capaz de derrotar al ejército ucraniano para terminar el conflicto que empezó en febrero de 2022 ni Kiev tiene los medios necesarios para expulsar al invasor de su territorio. Ante ese equilibrio de fuerzas, el frente se ha estabilizado y el conflicto se ha convertido en una guerra de trincheras de difícil solución.

"Es como una partida de ajedrez condenada a las tablas. A los dos contrincantes ya no les quedan piezas para hacer jaque mate y pueden comerse un peón o dos, pero no pasarán de ahí", afirma el almirante en la reserva del ejército español, Juan Rodríguez Garat, que está monitoreando la guerra en Ucrania desde el inicio de la invasión rusa.

Garat no aprecia indicios de que esta guerra pueda terminar a corto plazo y pronostica un conflicto duradero en el tiempo que, a la larga, podría dar la victoria a Ucrania: "No se ve en estos momentos ninguna posibilidad de que uno de los dos bandos pueda derrotar militarmente al otro. Lo que tenemos es una competición de resistencia en la que normalmente gana el país que se defiende". 

"Las guerras de agresión casi nunca acaban bien para el agresor si no terminan rápido porque las sociedades que respaldan al ejército invasor, en este caso el pueblo ruso, terminan cansándose de que una enorme parte del presupuesto estatal se gaste en proyectiles y artillería, sin que produzca ningún bienestar social", explica.

Las guerras de agresión casi nunca acaban bien para el agresor si no terminan rápido porque las sociedades que respaldan al ejército invasor terminan cansándose.

Aun así, cree que el hartazgo del pueblo ruso está todavía lejos de transformarse en una presión real para Putin que acelere el final de la guerra: "A Estados Unidos le ocurrió en Vietnam y tardó 10 años en producirse. En Rusia puede tardar el doble porque es un país totalitario".

El teniente general Francisco Gan Pampols, exdirector de la inteligencia militar española (CIFAS), ve incluso más probable "que la fatiga de guerra prenda en Occidente" antes que en Rusia. "Es muy complicado que Putin tenga contestación interna porque es un estado autoritario y todos los resortes del poder residen en el presidente o en su círculo próximo. Pero aun así, si el país estuviera abiertamente en contra de la guerra, le acabaría generando un problema, pero no es el caso". 

"Putin considera esta guerra como un conflicto existencial, habla de una amenaza directa contra la forma de ser de los rusos, del alma rusa y del lugar que se merece en el mundo. La ciudadanía rusa, en general, no entra en conflicto con esos conceptos y, aunque no apoye de forma entusiasta la guerra, desde luego no se enfrenta a ella", dice.

Putin se dirige a la nación en un discurso televisado tras la rebelión de Wagner.
Putin se dirige a la nación en un discurso televisado.
AP / Lapresse

Pampols advierte que si la fatiga acaba calando antes en Occidente y compromete su ayuda a Ucrania, Putin podría salir victorioso de este conflicto: "La producción nacional ucraniana no alcanza para todo lo que consume el país y necesita de la ayuda externa. Si se congela esa ayuda, Ucrania no dispondría de toda la munición, repuestos o armamento que necesita para seguir defendiéndose y podría producirse una victoria rusa. Ucrania se vería muy presionada y tendría que seguir cediendo terreno, adoptando una postura cada vez más defensiva y más critica".

"Rusia tiene más personal, mayor capacidad para producir armamento de forma autónoma y también de recibir ayuda de sus proxys o países que la apoyan, así que podría continuar la guerra con más posibilidades de ganarla que una Ucrania sin ayuda occidental", recalca.

¿Ha vuelto a tomar Rusia la iniciativa?

Pero aunque en los últimos meses Moscú parece haber retomado la iniciativa en el campo de batalla, el almirante Garat indica que "Rusia no está ganando" la guerra: "Es como si hace cuatro meses hubiéramos dicho que la estaba ganando Ucrania". En ese sentido, subraya que la falta de armamento fue la causa que frustró la contraofensiva de Kiev el pasado verano: "La contraofensiva de Ucrania hacia el sur se abandonó porque era imposible realizarla con los medios que tenía. La superioridad aérea rusa hace imposible cualquier ofensiva ucraniana en profundidad".

Al respecto, destaca que la ayuda occidental a Kiev nunca ha sido demasiado fluida y ahora encima se ha estancado: "Zelenski tiene parte de razón en sus quejas porque Europa lleva arrastrando los pies desde el principio de la guerra, primero por prudencia y después por pereza. Y en Estados Unidos se ha congelado por razones políticas, por la pelea que existe en el Congreso, sobre todo entre el ala derecha del partido Republicano y su ala más moderada".

"La ayuda de Estados Unidos es la más importante y ahora mismo está en manos de la Cámara de Representantes, y no está claro que vaya a dar su visto bueno. Si la ayuda norteamericana se congela, entraríamos en un escenario completamente distinto en la guerra", incide Pampols.

Sin embargo, Garat también reprocha al presidente ucraniano que no puede "poner todo el peso de la defensa de Ucrania en manos de Occidente" y ser "negligente" con sus responsabilidades: "Todavía están excluidos de la movilización los ucranianos menores de 27 años porque Zelenski dice que tienen que estudiar y labrarse un futuro, es algo que cuesta de creer cuando llevamos dos años de guerra. Entre los propios soldados ucranianos hay malestar porque mientras ellos están en el frente, en Kiev se vive como si no hubiera guerra y eso tampoco debería de ser así".

"Ucrania ha sufrido muchas bajas en forma de heridos y fallecidos, que la obligan a hacer una reposición de unidades, pero está empezando a tener problemas de movilización porque el voluntariado que existía al principio de la guerra ya no se produce. Ahora prevé ampliar la edad para llamar a filas obligatoriamente, pero esa ley todavía no se ha aprobado", apunta Pampols.

"Es difícil que Rusia vaya a renunciar a Crimea"

El teniente general coincide con Garat en que a día de hoy, en los albores del tercer año de guerra, parece complicado que se pueda romper el equilibrio de fuerzas y no ve probable que Rusia pueda lograr la rendición incondicional de Zelenski: "Creo que lo que realmente está buscando Putin es que, de alguna forma u otra, Ucrania se vea obligada a negociar una salida".

Y esa salida pasaría por renunciar a parte de su territorio, ahora bajo control ruso: "En el hipotético caso de que Rusia se vea obligada a replegarse, creo que solo se retiraría de aquellos territorios que no sea capaz de defender. Y veo muy difícil que vaya a abandonar la península de Crimea y las zonas de Donetsk y Lugansk que ya controlaba desde 2014, cuando estalló la guerra civil en el Donbás".

"Ahora mismo nadie quiere contemplar ese escenario como una solución, pero algunas voces en la esfera internacional ya apuntan a que el conflicto no se puede prolongar indefinidamente, así que en algún momento, aunque ahora no esté sobre la mesa, es posible que aparezca la solución de aceptar ese statu quo", sostiene.

Mostrar comentarios

Códigos Descuento