El embajador ruso en España, Yuri Klimenko, ha acudido este martes a la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores después de que se le hubiera convocado para que diera explicaciones en relación con la muerte bajo custodia del opositor Alexéi Navalni el pasado viernes.
Fuentes del Ministerio han informado de que ha sido un alto cargo del departamento quien ha trasladado al embajador el malestar de España por una muerte que, como aseguró este lunes el ministro José Manuel Albares, está "totalmente injustificada y nunca debería haberse producido".
Para el titular de la cartera, el "responsable último (de la muerte del opositor) es evidentemente quien le puso injustamente en prisión por motivos políticos", lo que el Ministerio ha trasladado al embajador ruso. Así, el ministro pidió expresamente a Rusia una "aclaración de las circunstancias de su fallecimiento, ocurrido durante su injusto encarcelamiento por motivos políticos".
Albares se reunió este lunes en Bruselas con la viuda de Navalni, Yulia Navalnaya, junto al resto de ministros de Exteriores de la Unión Europea, y volvió a reclamar que las circunstancias de su muerte sean aclaradas por Rusia "cuanto antes y de forma creíble".
La convocatoria de un embajador es el instrumento diplomático para hacer llegar a otro país el malestar con una determinada cuestión y suele ser el paso previo a la llamada a consultas del embajador propio, un paso mucho más contundente.
Exteriores ha convocado al embajador ruso en varias ocasiones desde que se produjo la invasión rusa de Ucrania y también ha procedido a la expulsión de algunos de los miembros del personal de la Embajada rusa, pero hasta la fecha no ha querido llamar a consultas al embajador en Moscú, ya que ello significaría perder interlocución con Rusia.
Precisamente, el embajador español, Marcos Alonso, acudió este lunes a depositar un ramo de flores en memora de Navalni en el monumento Solovetski en la capital rusa, según informó la propia legación diplomática en X.
La reunión con el embajador ruso en Madrid ha coincidido además con la confirmación de que el piloto ruso Maxim Kuzminov, que desertó el pasado mes de agosto para entregarse al Ejército ucraniano con el helicóptero que pilotaba, murió asesinado a tiros en Alicante.
Para el jefe del Servicio de Espionaje Exterior de Rusia, Serguéi Narishkin, Kuzminov era un "traidor" que "se convirtió en un cadáver moral en el momento en que planeó su sucio y terrible crimen", ha dicho Narishkin, según ha informado la agencia oficial rusa RIA Nóvosti.
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