El Ejército israelí aseguró este jueves haber matado a un "alto comandante" de las fuerzas Radwan, la unidad de élite del grupo chií libanés Hizbulá, en un ataque aéreo en el que también murieron siete civiles, en la ciudad de Nabatieh.
"Anoche (miércoles), fueron abatidos un comandante de las fuerzas Radwan de Hizbulá, Ali Muhamad Aldbas, su comandante adjunto, Ibrahim Isa, así como otro terrorista", apuntaron las fuerzas armadas en un comunicado.
Según la nota castrense, Aldbas había participado en la orquestación de un ataque con bomba llevado a cabo el 23 de marzo de 2023 en un cruce de carretera en el kibutz de Meguido (norte de Israel), en el que resultó herido un motorista.
Por su parte, la Agencia Nacional de Noticias libanesa (ANN) confirmó este jueves que fue en ese mismo ataque perpetrado por un avión de combate israelí en el que fallecieron siete civiles, entre ellos cuatro niños. Horas antes, otra mujer de origen sirio y sus dos hijos habían fallecido en otro bombardeo israelí en Suaneh, lo que convirtió la jornada del miércoles en la más mortífera desde que se intensificase el fuego cruzado en la frontera el 8 de octubre.
El ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, aseguró este jueves que el Ejército ha intensificado sus ataques contra este grupo al nivel uno sobre diez y advirtió de que "los aviones de la Fuerza Aérea que vuelan actualmente en los cielos del Líbano tienen bombas más pesadas para objetivos más distantes", informó la prensa local.
El comunicado castrense informó que, además, los cazas israelíes también han atacado una "estructura militar" de Hizbulá en la zona de Blida y otra en Marun al Ras, en el sur del Líbano. Ante el alto número de civiles muertos de las últimas horas, el primer ministro libanés, Najib Mikati, ordenó presentar una queja "urgente" contra Israel ante el Consejo de Seguridad de la ONU.
La frontera entre Israel y Líbano vive su mayor pico de tensión desde 2006 con un intenso intercambio de fuego. Este dura ya más de cuatro meses y se ha cobrado la vida de al menos 278 personas, la mayoría en el lado libanés y en las filas de Hizbulá, que ha confirmado unas 199 bajas en sus filas, algunas de ellas en Siria.
También han fallecido en el Líbano unos 29 integrantes de milicias palestinas, un soldado y 30 civiles -entre ellos nueve menores y tres periodistas-, mientras que en Israel han muerto 19 personas (13 soldados y 6 civiles).
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