Existe un llamativo vínculo entre la temperatura corporal y síntomas depresivos, según un estudio

Una persona con depresión
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Una persona con depresión

Para mejorar la comprensión y prevención de la depresión se requiere un mayor conocimiento sobre cómo afecta este trastorno al cerebro y al cuerpo humano. En este sentido, un reciente estudio dirigido por investigadores de la Universidad de California en San Francisco (UCSF) ha arrojado luz sobre una posible conexión entre la temperatura corporal y los síntomas depresivos. 

Para la investigación, publicada en Scientific Reports, se ha analizado los datos recopilados de 20.880 participantes de 106 países durante siete meses. Si bien el informe muestra que aquellos pacientes diagnosticados con depresión tienden a tener temperaturas corporales más elevadas, no establece una relación causal directa entre ambos factores, sino que señala una conexión que merece un análisis más profundo.

"Hasta donde sabemos, este es el estudio más grande hasta la fecha que examina la asociación entre la temperatura corporal (evaluada mediante métodos de autoinforme y sensores portátiles) y los síntomas depresivos en una muestra geográficamente amplia", ha indicado la psiquiatra de UCSF Ashley Mason, autora principal de la investigación, según Science Alert.

Los científicos especulan sobre varias razones para esta hipótesis relacionadas con procesos metabólicos que generan calor adicional o disfunciones en los mecanismos biológicos de regulación térmica. Sin embargo, señalan la necesidad de investigaciones adicionales para comprender mejor esta relación.

También sugieren posibles implicaciones terapéuticas, como el uso de jacuzzis y saunas, que han demostrado reducir los síntomas de la depresión en estudios anteriores. Asimismo, el 'autoenfriamiento' a través del sudor puede tener un efecto positivo en el bienestar mental, lo que plantea preguntas sobre cómo podrían implementarse tratamientos basados en el calor para aquellos con depresión.

"Irónicamente, calentar a las personas en realidad puede conducir a una reducción de la temperatura corporal que dura más que simplemente enfriar a las personas directamente, como a través de un baño de hielo", ha explicado Mason. 

Los hallazgos del estudio muestran que a medida que aumentan los síntomas depresivos, también lo hace la temperatura corporal promedio. Además, refleja una asociación entre puntuaciones más altas de depresión y una menor variabilidad diaria de la temperatura, aunque este hecho no alcanza significación estadística.

Por último, los autores señalan que dado que cerca del 5% de la población mundial vive con depresión, los esfuerzos para comprender y tratar esta enfermedad son cada vez más urgentes. De este modo, Mason concluye que la perspectiva de un nuevo enfoque de tratamiento es realmente  motivo de optimismo.

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