Entrevista

Jarfaiter: "El territorio hostil de algunos es mi zona de confort"

Jarfaiter en Madrid Foto:Daniel Ochoa de Olza
Jarfaiter en Madrid
Daniel Ochoa de Olza
Jarfaiter en Madrid Foto:Daniel Ochoa de Olza

Jarfaiter es un buen chaval.

José del Olmo, oriundo de Piedralaves (Ávila), pero afincado y arraigado en el madrileño barrio de Cuatro Caminos, es el máximo exponente en España del llamado rap kinki, sin embargo a él no le gusta esa etiqueta.

Este rapero y drillero, conocido por su estilo callejero, provocador y políticamente incorrecto, se encuentra promocionando No soy nadie, su nuevo disco. En él, aborda la calle como solo él sabe hacerlo.

Jarfaiter empezó en la música hace ya 10 años; rapeando sobre su barrio, mostrando en videoclips su realidad y contando historias de esas que pueden hacerte pasar unos añitos a la sombra de unos barrotes de acero.

Ahora, tras la publicación del tema homónimo No soy nadieen cuyo videoclip aparece asaltado, escopeta en ristre, un supermercado –, se encuentra más tranquilo y preparado para todo lo bueno que llega.

En una terraza cerca del centro de Madrid, recibe a 20minutos y demuestra que tras su fachada de guerrero y peleón, hay un tipo inteligente, cuidadoso y muy agradable. 

Cuando es mencionado en los círculos del underground, se refieren a usted como el rey del rap kinki. ¿Está de acuerdo con eso?Pues no me gusta etiquetarme como rap kinki, en verdad (risas). A mí me gusta decir que hago música, ni siquiera me gusta decir que hago rap. Sí que es verdad que la temática es como delictiva, digamos, y me gusta mucho el cine kinki y toda la cultura de alrededor, pero tampoco me ha terminado de convencer nunca esa etiqueta. 

En uno de los últimos videoclips que ha publicado, aparece asaltando un supermercado. Como el mensaje, digamos, es bastante obvio, ¿cuál es la coyuntura o situación que le llevó a lanzarlo?Bueno, realmente no era un mensaje como tal, era más en plan locura y ya está. Lo que pasa que luego le dimos una vuelta y dijimos: bueno, en verdad como están las cosas, con los precios de todo y tal, tiene algo de sentido que tengamos que ir ahí a atacar un supermercado de esa manera. Pero realmente fue un poco hacer el loco.

La idea de meternos en un supermercado con una moto y una escopeta simplemente nos pareció gracioso (risas). 

¿Cómo ha sido recibido por el público?A mis seguidores les ha gustado mucho porque está muy en mi línea. Sí que es verdad que YouTube, por ejemplo, me lo ha puesto para mayores de edad. En TikTok también he subido fragmentos y me los han borrado.

Quizá sea un poco fuerte para la gente sensible porque es muy crudo, pero mis seguidores saben lo que yo hago y les ha encantado. Además, la realidad es cruda, ¿no? 

Justo ahora que menciona que le han borrado esos fragmentos de TikTok: ¿ha tenido algún problema en la industria de la música por su discurso? Porque, a pesar de tener una gran legión de seguidores, puede haber tenido problemas con discográficas, festivales o distribuidoras.Sí, siempre. Mi manager y yo decimos en tono humorístico que soy como el Patito Feo de la industria de la música. Nunca me han querido en los sitios. Me han cerrado las puertas y me han puesto complicaciones por mi mensaje y por la música que hago. Pero bueno, ahí estamos, luchando y consiguiendo las cosas poco a poco. Al final, cuando algo es de verdad y haces números de verdad y la gente va a tus conciertos, les guste o no les guste lo tienen que ver y tienen que aceptarlo [la gente de la industria]. Hemos entrado. Aunque sea por la fuerza, pero hemos entrado.

Su estilo, sobre todo a nivel visual, recuerda mucho al drill, que ahora está muy de moda. ¿Se siente identificado con la etiqueta de drillero? ¿le gusta el género?Sí, me gusta mucho, aunque el que se está haciendo en España no tanto, la verdad. Yo ya escuchaba drill desde antes de que se empezara a hacer aquí, es un género que me ha gustado mucho desde que lo descubrí. También lo hago, aparte de rap y otros géneros.

Me gusta mucho esa ambientación oscura, ese mensaje, esas letras que hablan de delincuencia y violencia. Es algo que me ha representado mucho siempre. Sobre todo, el inglés. 

En sus letras hay de todo, pero lo más característico es que expone la parte más oscura de los barrios. ¿No cree que se los estigmatiza un poco cuando se los pinta siempre como una zona de conflicto?Puede ser. Puede ser que sea estigmatizarlo más de lo que ya está, pero cada uno vivimos nuestra realidad como la vivimos y yo la he vivido así; quizá por los contactos que he hecho, por mis amigos o los círculos en los que me he movido.

Puede que otra persona que viva en el mismo barrio sea un hippie de los que tocan la flauta y cantan de paz y amor, y viva de otra forma la multiculturalidad y esas cosas. Pero yo es como lo he vivido. Con mucha presión, con muchos nervios y con muchos problemas; siempre teniendo que buscarme la vida. Para mí esa es la realidad. 

¿Cree que lo tiene igual en el mundo de la música un chaval que viene de Cuatro Caminos o Carabanchel que uno de Chamberí o Núñez de Balboa?En la música son más importantes los contactos que el dinero, pero ellos van a tener más facilidad. Igual van a poder ir a un mejor estudio y grabar mejores vídeos desde el principio; también pueden meterle dinero para promoción y cosas así.

También es verdad que una persona como yo, cuando llega a estos niveles de reconocimiento, lo primero que tiene que pensar es en solucionarse la vida. En conseguir una casa, en arreglarle la vida a los padres, a la familia. Igual alguien que ya tiene todo eso se puede preocupar más de comprarse una cadena, una ropita cara y sus lujos.

Al final sí estamos viviendo de la música, pero tenemos que tapar nuestros agujeros y solucionar nuestras cosas primero. Cuando veo que alguien enseguida se pega y está gastándose un montón en joyas, no sé, pienso que ya tendrá una casa y una vida solucionada. 

Le hacía la pregunta mala sobre el tema de estigmatizar el barrio; ahora, vamos a por la buena. Reivindica sin parar el suyo. ¿Qué significa para usted?Para mí, mi barrio es el sitio donde he crecido, porque llegué allí a vivir con 16. Con 16 me vine del pueblo a vivir a Madrid y son las calles en las que he crecido. En él está mi círculo de amigos y muchas de las aventuras que he tenido; hay muchas cosas que recuerdo con nostalgia. Siento cada esquina y cada calle como si estuviera en mi casa, en mi zona de confort. Lo que para otros es un territorio hostil, para mí es mi zona de confort. 

¿Qué siente un chaval de 16 años cuando se va del pueblo y llega al barrio?Pues el cambio principal es que allí te conoce todo el mundo y aquí llegas y no te conoce nadie. Yo ya venía siendo un poco liante de allí, entonces aproveché el anonimato y me volví mucho más malo.

También el cambio de vivir con mis padres a vivir con mi abuela, que era más mayor y no me podía controlar tanto, y también que en general es distinto cómo funciona la forma de buscarse la vida en un pueblo tan pequeño que en una ciudad grande. 

Hemos hablado de muchas cosas, pero muy poco de No soy nadie, su nuevo disco. Cuénteme cosas de él.Ha sido un trabajo muy duro. Hemos tenido muchas complicaciones, hemos tenido que volver a regrabarlo entero cuando ya lo teníamos mezclado y prácticamente terminado.

Casi nos echan del local donde teníamos el estudio, hemos tenido que estar peleando por el local mientras terminábamos de mezclarlo. Hemos tenido muchas complicaciones con todo, pero bueno, mi productor (Gecko de la Rue) y yo hemos estado luchando y al final ha llegado el momento.

Ha salido todo a mi gusto, ahora solo queda ver cómo lo recibe la gente. 

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