Desde que se agravó la sequía en Cataluña, el Govern ha ido barajando distintas soluciones para atajarla. Unas las ha descartado, mientras que otras siguen en pie. La más llamativa es la compra de agua y su posterior traslado hasta Barcelona. También es la más cara.
El conseller de Acción Climática, David Mascort, anunció este jueves que la próxima semana se reunirá con la ministra para Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, y tratarán esta posible solución. “Lo importante no es de donde venga, sino que cuando la necesitemos, la tengamos”, dijo el conseller.
En noviembre, el director de la Agencia Catalana del Agua (ACA), Samuel Reyes, aseguró que la decisión se tomaría siempre dependiendo de la lluvia y “del trabajo que hagamos entre todos para reducir el consumo”.
En cuanto a la cantidad de barcos que se utilizarían para transportar agua, Reyes respondió que no lo tenían claro, pero sí que lo más probable es que las principales portadoras de agua sean Tarragona y Marsella.
Más desalinizadoras
Otra de las soluciones que contempla el Govern y por la que más apuesta es invertir en desalinizadoras y otros sistemas de tratamiento que permitan un sistema sostenible en el futuro, ya que las previsiones no son favorables debido al cambio climático.
Es más, según datos del conseller Mascort, en los últimos años se han estado utilizando estos sistemas y actualmente el agua de desalinizadoras y otros sistemas ecológicos representan un 55% en Cataluña, cuando antes era un 15%.
Por eso, desde la Generalitat tienen en marcha la ampliación de la desalinizadora de Tordera II en Blanes (Girona) y la construcción de la de Foix, que se ubicará entre Cubelles (Barcelona) y Cunit (Tarragona). Según el conseller, la idea es que entre “2027 y 2030 estén las dos hechas”.
Una vez se finalice este proyecto, el área metropolitana de Barcelona dependerá poco del agua de los pantanos, ya que las dos nuevas desalinizadoras producirían 140 hectómetros cúbicos anuales, que se sumarían a otros 140 hm3 de las dos plantas ya en marcha y a pleno rendimiento: Tordera I y El Prat de Llobregat (Barcelona).
El río Ebro como solución
La conselleria de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural de Cataluña también ha presentado en las últimas semanas dos proyectos referentes a la sequía. La idea planteada es captar agua del río Ebro y asegurar el riego de apoyo en la comarca del Priorat (Tarragona).
Una de los proyectos propone llevar el agua desde García, en la comarca de la Ribera d’Ebre, hasta el pantano de Els Guiamets y después, al de Siurana. La otra propuesta estudia la posibilidad de conectar el pantano de Margalef con el canal Garrigues-sur. Así, según la Generalitat, se podría llevar agua a la parte del Priorat donde no llega la red de embalses de los Guiamets, Margalef y Siurana.
Ampliación de potabilizadoras
Otra de las soluciones es incrementar la aportación de agua al sistema aprovechando las diferentes fuentes hídricas que existen. Por eso, se ampliarán la potabilizadoras del Besòs, es decir, la Estación de Tratamiento de Agua Potable del Besòs (ETAP Besòs); la del Llobregat (ETAP Llobregat) y la del Ter (ETAP Ter).
El objetivo es aumentar la capacidad de producción de agua regenerada. Sin embargo, esta solución no es a corto plazo, puesto que están en proceso de ejecución de obras y la previsión es que duren años.
Descarta el trasvase
Por otro lado, el Govern descartó este jueves la propuesta que varios colegios profesionales y economistas hicieron en referencia a interconectar la red de aguas del Ebro en el Camp de Tarragona con la red metropolitana de Barcelona. El objetivo era formar un "corredor de agua" más "flexible" y resiliente", pero el conseller aseguró que "no es una solución actual para la sequía".
Entre los argumentos que defendió para rechazar la propuesta está en que para hacerla realidad, se necesitaría mucho tiempo y se debería haber activado hace años.
Comentarios