Helena Resano Periodista
OPINIÓN

Todavía estamos a tiempo

Cuáles son los mejores planes de pensiones para jóvenes trabajadores
Imagen de archivo de varios jóvenes.
Getty Images
Cuáles son los mejores planes de pensiones para jóvenes trabajadores

Pues se nos está quedando una juventud muy bien apañada, oiga. Con los prejuicios de sus abuelos y bisabuelos casi casi intactos. Les cuento. Varios estudios han puesto de relieve que la tendencia en todo el mundo es que la brecha ideológica entre lo que piensan las menores de 20 años y lo que piensan ellos, los chicos de la llamada generación Z, es cada vez mayor.

Conforme han ido creciendo las políticas de igualdad, conforme el debate público se ha abierto más a las desigualdades entre hombres y mujeres, la distancia entre ellos ha ido creciendo: las chicas de esa generación se han vuelto más de izquierdas mientras que ellos declaran sentirse más cómodos en postulados más conservadores, más de derechas. Pero, ¿por qué?

Determinados discursos feministas han herido demasiadas sensibilidades, han generado una especie de sentimiento de rechazo. Y eso se ha ido amplificando en los círculos menos preparados, aquellos que compran eslóganes como pautas de vida, sin cuestionarse la verdad de lo que les están diciendo, sin contrastar nada de lo que ven y oyen.

En las redes, el hábitat donde se mueve a diario consumiendo horas y horas de contenidos esta generación, es habitual encontrar afirmaciones completamente descontextualizadas sobre lo que son los derechos de hombres y de mujeres.

Insisto, es una tendencia que se repite por todo el mundo; también aquí, en España, aunque con más matices. Cómo se ubican ideológicamente chicos y chicas que todavía no han accedido al mercado laboral, que apenas han tenido experiencias vitales, de pareja, de cuidado de hijos o de acceso a puestos de trabajo de responsabilidad, puede parecer un tanto anecdótico.

Podríamos pensar que la vida, todas esas experiencias vitales que les quedan por vivir, moldearán esas percepciones, las matizarán, harán que la brecha entre ellos y ellas se estreche. Ojalá, aunque hay expertos que no lo ven así.

Ante la pregunta de cómo evitarlo, la respuesta debería de ser global. Debería de implicar a todos. Porque esa generación es el espejo en el que nos miraremos en unos años, cuando sean ellos los que tomen decisiones, los que decidan las políticas de un país, los que nos cuiden cuando seamos mayores, quizás dependientes por una enfermedad o por el simple deterioro de la salud. Los que aceptarán o no que ellas y ellos sean vistos como iguales, en todos los niveles.

Dejar que toda una generación aprenda a ser y a convivir por mensajes que compra sin cuestionar de las redes creo que supone un peligro al que todavía no le hemos puesto el cascabel. Ahora hablamos de ideologización, de brechas, pero podemos aplicarlo a las relaciones afectivas, al sexo, al medio ambiente… Esto no ha hecho más que empezar. Pero creo que todavía estamos a tiempo.

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