Por qué las estrellas parpadean: ¿hacen lo mismo los planetas?

Lluvia de estrellas Taúridas
Lluvia de estrellas Taúridas
Getty Images
Lluvia de estrellas Taúridas

Observar el cielo nocturno salpicado de estrellas brillantes, o una “noche estrellada”, es un deleite para muchos, pero ¿alguna vez te has preguntado por qué algunas estrellas parecen parpadear? Pues bien, este "parpadeo estelar" tiene una explicación científica y está relacionada con la atmósfera terrestre.

Cómo parpadean las estrellas

Como algunos saben, las estrellas irradian energía o luz propia, que es ese brillo que observamos desde la Tierra, pero cuando esta luz penetra en nuestra atmósfera, se encuentra con una variedad de partículas en suspensión que dispersan la luz y hacen que esta no ingrese de manera irregular.

En otras palabras, parte de la luz de la estrella se refracta en la atmósfera y se desvía ligeramente, creando fluctuaciones en la intensidad de la luz que llega a nuestros ojos. Es entonces que percibimos el efecto óptico en el que parece que la estrella estuviera parpadeando o titilando.

Este efecto se intensifica por la enorme distancia a la que están las estrellas desde nuestra perspectiva, es un fenómeno similar al que hace el aire caliente que se eleva sobre una carretera en un día caluroso, el cual distorsiona la visión de los objetos que están más lejos.

En resumen, las estrellas parecen parpadear debido a que su luz viene desde muy lejos y se distorsiona a medida que atraviesa la atmósfera de la Tierra. Ahora bien, ¿pasa lo mismo con los planetas?

¿Los planetas parpadean como las estrellas?

Los planetas no parecen parpadear de la misma manera que las estrellas. Aunque también sufren cierta distorsión atmosférica, lo cierto es que debido a su naturaleza y a su distancia, percibimos su luz de manera más estable y son menos propensos al efecto óptico de “parpadeo”.

De acuerdo con National Geographic, los planetas no “parpadean” porque están muy cercanos a la tierra y el efecto de “dispersión” de la luz es más observable en aquellos objetos astronómicos que se encuentran a mayor distancia.

“Cuanto más lejos se encuentra el astro, la cantidad de luz que llega a la atmósfera es menor, pues existen más posibilidades de que se haya perdido energía por el camino, en fenómenos de dispersión y curvación de la trayectoria al entrar en contacto con otros materiales cósmicos. En objetos cercanos, es mucho mayor la cantidad de luz que llega”, explica la revista.

Imagen de archivo de la Luna, junto a los planetas Júpiter y Saturno.
Imagen de archivo de la Luna, junto a los planetas Júpiter y Saturno.
PIXABAY

Esto quiere decir que, aunque parte de la luz que percibimos de los planetas sí se dispersa en la atmósfera, no notamos el efecto óptico del “parpadeo” debido a su cercanía con el planeta Tierra.

Por otro lado, no está de más aclarar que, en contraste con las estrellas, los planetas no emiten luz propia, sino que reflejan la luz que viene del sol o de alguna estrella cercana. Aún así, debido a su proximidad, presentan menos “distorsión” atmosférica.

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