En el país de las dos Españas, ayer hubo dos temas muy diferentes que centraron los focos. En Madrid, su presidenta y el alcalde anunciaban por la mañana –junto al CEO de la Fórmula 1, Stefano Domenicalli– que será sede de un gran premio de la Fórmula 1 entre 2026 y 2035. Hasta ahora, Barcelona era esa única sede española.
Prácticamente a la misma hora, Junts, ERC y PSOE hacían otro anuncio para Cataluña: un pacto para ampliar la ley de amnistía a delitos de terrorismo.
Esas dos comunidades llevan años con ritmos diferentes, con agendas prácticamente opuestas. Los políticos madrileños vivieron ayer la llegada de la F1 como un gran éxito; también los políticos catalanes que pactaron el acuerdo de ampliar la amnistía. Dos mundos cada vez más alejados.
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