Condenan a realizar servicios a la comunidad a un menor en Sevilla que hackeó la cuenta corporativa de su profesora en Google

El estudio se realizó en 17 países. España no está incluido en el informe.
Una persona con su móvil, en una imagen de archivo.
Pixabay
El estudio se realizó en 17 países. España no está incluido en el informe.

El Juzgado de Menores número uno de Sevilla ha condenado a un adolescente de 17 años a 55 horas de servicios a la comunidad por un delito contra la intimidad que cometió al jaquear la cuenta corporativa de Google de una profesora de su instituto, ubicado en la localidad de Gines. Además, él y sus padres tendrán que indemnizarla con 1.000 euros.

En una sentencia emitida el pasado 13 de noviembre, dicha instancia judicial declara probado, de conformidad con el menor inculpado, que ha reconocido los hechos, que desde el 14 de febrero hasta el 5 de abril del año 2022, "sin consentimiento y violando las medidas de seguridad pertinentes", este accedió desde su teléfono móvil en numerosas ocasiones al drive/nube virtual vinculado a la cuenta de Google corporativa de su profesora. Allí esta almacenaba información "tanto de carácter personal como corporativa".

En la vista, según la sentencia, el menor "manifestó ser el autor de los hechos y mostró su conformidad con la medida solicitada por el Ministerio Fiscal" para él. En este caso "la medida de 55 horas de prestación de servicios en beneficio de la comunidad, con la finalidad de que comprenda que actuó de forma incorrecta". 

También se le impone porque, como asegura el escrito, "merece el reproche de la sociedad, que comprenda que los hechos cometidos son graves, que se han causado perjuicios a una persona de manera injustificada y que la prestación de servicios que se le exige en beneficio de la comunidad constituye un acto de reparación justa".

Por eso, el Juzgado ha impuesto también una indemnización de 1.000 euros en favor de la profesora en concepto de daño moral, cuantía que habrán de pagar el menor y sus padres de forma conjunta y solidaria.

Un delito difícil de perseguir

Fran Peláez, abogado de la profesora en este caso, ha manifestado al respecto que "este tipo de delitos tecnológicos son extremadamente difíciles de perseguir por su complejidad a la hora de identificar al autor de los hechos".

En este caso concreto, "se dedujo que el intruso podía ser alguien del entorno de la educadora que estuviese interesado en el tipo de información que guarda aquella en la nube". Por tanto, ante tal escenario confuso, "solo cabía la posibilidad de identificar al autor de los hechos a través de la dirección IP que podría identificar a un dispositivo en Internet o en una red local", según explica el letrado, experto en delitos informáticos.

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