La crisis económica derivada de la Guerra de Ucrania ha obligado a muchas familias a buscar alternativas para calentar sus casas ante un invierno que comienza a coger fuerza en nuestro país con temperaturas bajo cero. Por eso, la geotermia se ha izado como una opción cada vez más eficaz para muchos hogares, aunque este sistema se lleva usando desde hace 60 años en el norte de Europa.
Una de las cosas más características de una casa con geotermia es que no tiene radiadores en las paredes ni salidas de aire acondicionado en los techos. Pero, ¿cómo funciona entonces este sistema de climatización?
¿Cómo funciona la bomba de calor?
La tecnología que se usa en una bomba de calor es similar a la que hay en un frigorífico o un aire acondicionado. Su funcionamiento consiste en extraer el calor de una fuente, como el aire circundante o la energía geotérmica del suelo y amplificarlo y moverlo donde se necesita. Este procedimiento es especialmente útil y económico para la calefacción convencional, como calderas o calentadores eléctricos.
A pesar de ello, la geotermia consigue subir la temperatura en invierno y bajarla en verano, además de obtener agua caliente. La clave para lograr la temperatura adecuada en la vivienda se obtiene a través del suelo radiante.
Eso sí, como la energía para calentar el suelo y el agua proviene de la profundidad de la tierra, resulta más práctico hacer la preinstalación de geotermia antes de construir el bloque, según explica Juan Francisco Segura, ingeniero de Groen Energy.
Tipos de bombas de calor
Hay distintos tipos de bomba de calor, dependiendo de dónde extrae la energía: del aire, del agua o del suelo. Para su funcionamiento, son necesarios los siguientes elementos:
- Un compresor: transforma la energía eléctrica y eleva la presión del fluido refrigerante.
- Un condensador: condensa el refrigerante, que pasa de estado gaseoso a líquido con el intercambiador de calor.
- Una válvula de expansión: genera una elevada pérdida de carga y, así, reduce la temperatura para producir la expansión del fluido refrigerante.
- Un evaporador: evapora el fluido frigorífico, se absorbe el calor y vuelve a iniciar el proceso.
¿Son más económicas?
Las bombas de calor aparecen como la opción más asequible y más eficiente: se estima que reducen el consumo de energía entre un 50 y hasta un 80%, según publica el medio Reasons to be cheerful. El profesor Alan Pears, uno de los principales expertos en eficiencia energética de Australia, eleva esa estimación hasta un máximo del 85%, según recoge El Confidencial. Las bombas de calor, por lo tanto, son una opción asequible de cara a afrontar un invierno en el que el gasto energético volverá a marcar las economías de millones de hogares.
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