OPINIÓN

Las fotos de Sánchez y las marcas en la historia

Icónico abrazo entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y la cabeza de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, tras repetirse las elecciones españolas el 10-N y llegar a un acuerdo de gobierno dos días después.
Abrazo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias tras repetirse las elecciones españolas el 10-N y llegar a un acuerdo de Gobierno dos días después.
Pablo Campos / EFE
Icónico abrazo entre el líder del PSOE, Pedro Sánchez, y la cabeza de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, tras repetirse las elecciones españolas el 10-N y llegar a un acuerdo de gobierno dos días después.

El PP acusa al presidente de buscar únicamente una foto con Feijóo para no acudir a su invitación a Moncloa. Bien sabe el gallego del inmenso poder que determinadas fotos tiene en política y que Sánchez cuida y dosifica las suyas con esmero. Desde la de su insólito abrazo con Pablo Iglesias tras pactar el primer gobierno de coalición de izquierdas hasta la de su apretón de manos con la portavoz de Bildu en el Congreso el líder socialista ha ido confeccionando un álbum capaz de marcar la historia del PSOE y, a la par, la de este país.

Después de asegurar que no dormiría por las noches si diera entrada en su gobierno a un partido como Podemos, la realidad de las urnas llevó a Pedro Sánchez a pactar en cuestión de horas con los morados y a darse un abrazo público con Iglesias que rompía la memoria reciente del PSOE.

Felipe González prefirió pactar, en todas las ocasiones que lo precisó, con los nacionalistas catalanes y vascos antes que con Izquierda Unida. Un día antes de que acabara 2019, sin embargo, otro líder socialista rompía ese axioma e inauguraba una nueva etapa de colaboración a su izquierda. La imagen de Sánchez y el entonces líder morado de larga melena fundiéndose en un abrazo ocupa ya lugar destacado en las hemerotecas.

Aunque Rodríguez Zapatero le había arrebatado años antes la primera foto de un gobierno paritario en España, Sánchez ha querido tener la suya propia en la crónica de la lucha por la igualdad y ha conseguido la del primer presidente acompañado en su Gabinete por nada menos que cuatro vicepresidentas.

Dentro del partido, pese a que también Pérez Rubalcaba se le adelantó nombrando a Elena Valenciano como la primera mujer en ocupar el número dos de Ferraz, Sánchez siempre ha estado ante las cámaras flanqueado en sus ejecutivas por una presidenta y una vicesecretaria general: Cristina Narbona junto a Adriana Lastra, primero, y a María Jesús Montero, después.

Las imágenes más arriesgadas del álbum 'sanchista' son las que están quebrando tabúes muy fijados en nuestra política"

Las imágenes más arriesgadas del álbum 'sanchista', sin embargo, son las que están quebrando tabúes muy fijados en nuestra política y, a mi juicio, abriendo escenarios más realistas para afrontar la complejidad de la España de hoy. El apretón de manos de Sánchez, siendo presidente del Gobierno en funciones, a la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurúa, en el Congreso de los Diputados rubricando su acuerdo para la investidura podría resumir en una sola imagen todo lo que ha pasado en Euskadi desde que hace ya 12 años ETA fuera derrotada, dejara de matar y se disolviera.

La izquierda abertzale ha adelantado en las urnas por primera vez al PNV el pasado julio y en las municipales de mayo se convirtió en la primera fuerza en Vitoria mientras les pisaba los pies a los jetzales en las otras dos provincias tras una subida electoral sin precedentes. La próxima cita con los electores en el País Vasco, en unos pocos meses, ya se dibuja como una batalla a la par entre los de Ortuzar y los de Otegi, con renovados candidatos de una generación más joven y mirada al futuro. La foto de un presidente del Gobierno de España dando la mano a un dirigente de Bildu no ha sido sencilla de conseguir, pero los votantes vascos, que han sufrido mucho más cerca la violencia terrorista, parecen entenderla mejor que en Madrid.

Al margen de la instantánea con Feijóo en la Moncloa, que no parece vaya a producirse en breve, a Sánchez le espera aún el posado más difícil, el que tendrá a Carles Puigdemont como pareja protagonista. En el acuerdo con Junts el PSOE ha aceptado una hoja de ruta de reincorporación a la política institucional y legal de los independentistas insurrectos con la Ley de Amnistía como primera parada.

Sánchez ha apostado mucho a que el recorrido pueda completarse. Y que Salvador Illa pudiese alcanzar la presidencia de la Generalitat catalana, tras las próximas elecciones autonómicas, resultará crucial. El calendario del retorno a España de Puigdemont y de esa posible foto con Sánchez serán algunos de los principales obstáculos para ese objetivo, pero, si llega a producirse, tendríamos otra imagen de las que marcan historia para atribuir al líder socialista.

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