Adiós a las cajas medio vacías o a las bolsas de plástico: la UE ultima una ley para reciclar y reducir la presencia y tamaño de los envases

El Gobierno nipón quiere reducir el uso del plástico en la distribución alimentaria y cambiar la visión de estos expositores donde es más importante el envoltorio que las propias hortalizas.
La futura ley fijará objetivos obligatorios de reciclaje y reutilización a partir de 2030.
FRANCK ROBICHON / EFE
El Gobierno nipón quiere reducir el uso del plástico en la distribución alimentaria y cambiar la visión de estos expositores donde es más importante el envoltorio que las propias hortalizas.

La UE ha dado este lunes un paso más hacia una regulación para evitar que recibamos compras por Internet en cajas semivacías, que campen a sus anchas las bolsas de plástico o que sea imposible encontrar lugares donde reciclar botellas de plástico o latas de bebidas. Los ministros europeos de Medio Ambiente han acordado la posición común para negociar con el Parlamento Europeo una norma que, ya a partir de 2030, empezará a reducir la presencia y el tamaño de envases de todo tipo, la presencia en ellos de materiales peligrosos y que obligará a fabricarlos para que, paulatinamente, todos puedan reciclarse o reutilizarse.

El Consejo de Medio Ambiente ha cerrado un acuerdo para uniformar en toda la UE las reglas sobre envases, componentes o tamaños, aunque con más excepciones y flexibilidades en plazos y condiciones de las que planteaba la Comisión Europea en un primer lugar. Hasta ahora, hay varias velocidades en esta materia y, por ejemplo, España ya ha llevado a que los establecimientos puedan cobrar por las bolsas de plástico. Con este futuro reglamento se busca uniformar las normas y para ello la Comisión Europea planteaba en su propuesta inicial que se tomen medidas para reducir el consumo de bolsas de plástico ligeras, de modo que cada persona no consuma más de 40 al año a partir de 2025. Para ello, se faculta a los gobiernos europeos a tomar medidas, incluidas "restricciones a la comercialización", aunque se puede excluir de ellas las "bolsas de plástico muy ligeras, que sean necesarias por razones de higiene o se faciliten como envase de venta para los alimentos a granel para evitar el desperdicio de alimentos".

'Unboxing' más pequeño

Otro de los efectos que tendrá la futura regulación -que todavía tiene que negociarse con la Eurocámara, se espera que antes de las elecciones de junio del año que viene- tiene que ver, por ejemplo, con las cajas u otro tipo de paquetes que envuelven artículos comprados o envases colectivos que contienen varios. En este caso, lo que quiere Bruselas es que "la ratio de espacio vacío no debe superar el 40%", teniendo en cuenta además que se considerará "espacio vacío" y que, por tanto habrá que reducir, todo el contenido que no sea el artículo adquirido sino elementos de relleno como "tiras de papel, almohadillas de aire, plásticos de burbujas, planchas de gomaespuma, rellenos de espuma, virutas de madera, poliestireno expandido o chips de poliestireno deberá considerarse espacio vacío".

Tampoco estarán permitidos los envases que superen el tamaño real del producto con el único objetivo de "aumentar la percepción del volumen del producto" con dobles paredes, falsos fondos o capas innecesarias.

Unificar normas

Los ministros europeos han cerrado un acuerdo sobre su posición legislativa que parecía difícil al principio de la reunión. "Está siendo una negociación complicada porque contamos con distintas herramientas en los Estados miembros", afirmaba la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, a la llegada al último Consejo de Medio Ambiente que preside, antes de que España dé el relevo de la Presidencia semestral de la UE a Bélgica, el 31 de diciembre. 

"Ha sido una negoción intensa en la que hemos conseguido encajar las distintas preocupaciones de los gobiernos para favorecer una convergencia que permita que en el mercado interior contemos con las señales de la industria y reducir el volumen de volumen de envases y empaquetado que hoy sigue circulando con una tendencia al alza", ha afirmado Ribera al final de encuentro, en el que se ha logrado un amplio acuerdo entre los Veintisiete añadiendo cuatro excepciones más en la lista de flexibilidades que tanto Consejo como Parlamento Europeo han ido acordando en un proceso legislativo donde los ecologistas denuncian que los lobbies de todo tipo de industrias se han empleado a fondo. A pesar de ello, también la Comisión -la artífice de la propuesta inicial, después descafeinada- se ha mostrado satisfecha y espera una regulación sobre envases y empaquetados, que consumen el 40% de los plásticos y el 50% del papel que se emplea en la UE y representan alrededor del 36% de los residuos sólidos urbanos que se genera en los 27 países.

La futura regulación fijará una transición hacia la disminución en el uso de todo tipo de envases -ya sea para manufacturas, comercio minorista y distribución, oficinas, servicios u hogares-, la reducción en su composición de plomo, cadmio, mercurio y cromo y unos niveles mínimos de reciclaje, que los gobiernos han flexibilizado con respecto a lo que quería la Comisión Europea, establecer porcentajes fijos para 2030 y 2040. La posición del Consejo asume los propuestos para 2030 pero, antes de aceptar los de 2040, exige a la Comisión hacer antes una revisión del cumplimiento del objetivo de 2030 para determinar si son factibles los de 2040. Los Veintisiete han querido rebajar la propuesta inicial de la Comisión por lo que respecta a la posibilidad de poder utilizar ciertos materiales, como la cartulina o los envases para frutas y productos frescos. También por dar un año más -de 2024 a 2025- para la entrada en vigor de la disposición que solo permitirá la comercialización por primera vez de bolsas de plástico ligeras cuando sean compostables.

Comida para llevar y bebidas

Cuando haya acuerdo con el Parlamento Europeo, la UE establecerá previsiblemente que, en el caso de los envases de plástico, en 2030 empezarán a ser obligatorios unos niveles mínimos de reciclaje entre el 10 y el 35% según del tipo que se trate, que incrementaría en 2040 a entre el 50 y el 65%.

El reglamento también hace hincapié en la reutilización de envases y recipientes. Por ejemplo, en el caso de los que empleen los establecimientos para servir bebidas frías o calientes, a partir de 2030 el 20% deberán comercializarse en envases reutilizables y recargables como paso previo al objetivo provisional, sujeto al análisis de la Comisión, de un 80% en 2040.

Cuando se trate de envases de comida para llevar, el porcentaje de materiales reutilizados será del 10% en 2030 y del 40% a partir de 2040. El caso de bebidas alcohólicas como cervezas u espirituosas, deberán ir en envases reutilizables el 10% en 2030 y el 25% en 2040; y cuando sea vino, en menor proporción, el 5% en 2030 y el 15% en 2040. 

Para las botellas de plástico y latas de bebidas de un solo uso, el futuro reglamento quiere que los países tengan la obligación de hacer accesibles los sistemas de depósito y devolución, que también pueden extenderse a botellas de vidrio de un solo uso.

Con ello, los Estados miembros deberán asegurar en 2029 que recolectan y separan "al menos el 90%" de las botellas de plástico de un solo unos y las latas de metal que se consumen cada año, con una excepción para los países que en 2026 ya tengan un ratio de recolección y separación del 78%.

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