El 2023 ha sido un año clave en la vida de la princesa de Asturias. Leonor cumplió dieciocho años y ese mismo día juró la Constitución ante las Cortes en una solemne sesión parlamentaria. Las imágenes del acto fueron ampliamente recogidas en todos los medios de comunicación y una de ellas, que no había sido publicada hasta ahora, es la que han elegido los Reyes junto a sus hijas para felicitar la Navidad.
Una elección cargada de significado que realza el protagonismo que, a partir de ese momento, adquiere la heredera al trono. Las felicitaciones navideñas de las familias reales son un buen termómetro para medir como andan las relaciones tras los muros de palacio.
Los reyes Juan Carlos y Sofía hace tiempo que prescindieron de las fotos familiares para felicitar las fiestas y han optado, como en esta ocasión, por echar mano de pinturas religiosas para enviar sus buenos deseos con La adoración de los Reyes Magos de Murillo que se conserva en el Prado.
En la familia real británica, que tanto juego informativo ha venido dando en los últimos tiempos con los escándalos y enfrentamientos familiares, parece que la situación se va normalizando.
Con un océano de por medio, alejados los Sussex que tantos quebraderos de cabeza les han dado, a Harry y a Meghan no les van las cosas como esperaban. Su popularidad ha ido cayendo en picado y también los ingresos de su fundación Archewell, que este año se han desplomado. Ya no comparten fotos ni protagonismo con la familia real; su padre se apoya en Camila y en los príncipes de Gales.
La fotografía oficial de los cuatro en el salón del trono de Buckingham Palace en un posado el día de la Coronación de los nuevos Reyes deja clara la consolidación de la continuidad dinástica que no ofrece fisuras. El núcleo duro resiste.
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