Para una persona que pierde su empleo, es fundamental saber a qué prestaciones tiene derecho por parte del Estado para no quedar descubierto y disponer de ingresos hasta conseguir un nuevo empleo. En ese sentido, el SEPE dispone de diferentes prestaciones para garantizar la protección de estos trabajadores y su estabilidad hasta que puedan encontrar un nuevo trabajo.
Las dos prestaciones principales a las que se tiene derecho tras perder un empleo son la prestación contributiva (más conocida como el paro) y el subsidio por desempleo, que aunque se las suele relacionar, no son la misma prestación ni tienen los mismos requisitos. De hecho, no está destinada a los mismos perceptores.
Qué es la prestación contributiva o paro
Según explica el SEPE, "la prestación contributiva protege la situación de desempleo de quienes, pudiendo y queriendo trabajar, pierdan su empleo de forma temporal o definitiva o vean reducida temporalmente su jornada ordinaria de trabajo entre un mínimo de un 10 % y un 70 %".
Los requisitos para percibir esta prestación son variados: estar afiliado a la Seguridad Social (en alta), encontrarse en situación legal de desempleo, buscar activamente empleo, estar predispuesto a aceptar una colocación adecuada o suscribir el compromiso de actividad.
Por último, esta prestación conlleva una serie de requisitos de cotización: para recibirla, será necesario "haber trabajado y cotizado a desempleo al menos 360 días dentro de los 6 años anteriores a la situación legal de desempleo".
La duración y la cuantía dependerá del tiempo cotizado y de las bases de cotización, así como de otras variables. Las cuantías oscilan entre los 540 y los 1.519 euros. Para calcularla en cada caso, el SEPE dispone de una calculadora para poder consultarlo.
En qué consiste el subsidio por desempleo
"Si has trabajado menos de un año, puedes tener derecho a un subsidio por desempleo". Así presenta el SEPE el subsidio de desempleo, una prestación cuya duración "dependerá del número de meses cotizados y de si tienes o no responsabilidades familiares".
La principal diferencia con la prestación contributiva o paro reside en los requisitos de cotización y las cuantías: para percibir este subsidio, además de otros requisitos como estar inscrito como demandante de empleo o suscribir el compromiso de actividad, será necesario:
- Haber cotizado por desempleo al menos 3 meses si se tienen responsabilidades familiares, o al menos 6 meses si no, y no llegar a 360 días de cotización.
- No recibir rentas de ningún tipo que sean superiores al 75 % del salario mínimo interprofesional (810 euros).
- No realizar una actividad por cuenta propia o trabajo por cuenta ajena a tiempo completo (salvo que sea posible por un programa de fomento de empleo).
- No cobrar una pensión de la Seguridad Social incompatible con el trabajo.
La duración de la ayuda es de 3,4 o 5 meses si se ha cotizado por esos periodos. Si se ha cotizado entre 6 meses y un año, el subsidio puede durar 6 meses en el caso de que no existan responsabilidades familiares y 21 meses si las hay.
En cualquier caso, la cuantía a percibir "es igual al 80 % del indicador público de renta de efectos múltiples (IPREM)", unos 480 euros.
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