El PP pone coto a Vox: cuestiona que haya relación entre ellos y se reafirma en liderar la oposición en solitario

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y el líder de Vox, Santiago Abascal, por separado en la protesta contra la amnistía convocada en Cibeles
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y el líder de Vox, Santiago Abascal, por separado en la protesta contra la amnistía convocada en Cibeles
EFE
El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo y el líder de Vox, Santiago Abascal, por separado en la protesta contra la amnistía convocada en Cibeles

Lo que pretendía ser un desafío de Vox para acorralar al PP acabó por ser la gota que colmó el vaso de paciencia de los populares. El secretario secretario general del Grupo Parlamentario Vox, José María Figaredo, anunciaba este lunes que la dirección nacional de su partido cortaba la relación con Génova, 13 porque el PP habría posibilitado que ERC tenga representación en las comisiones del Congreso. Dicho órdago no hizo mas que levantar el polvo que se había ido acumulando en la relación entre los de Alberto Núñez Feijóo y los de Santiago Abascal que, si bien cogobiernan en cinco comunidades y en decenas de ayuntamientos, caminan por separado en el ámbito nacional. Esto es precisamente lo que el PP cree que ha hecho saltar a Vox. Solo que lejos de acercar posturas, los populares les ponen coto: cuestionan que haya relación entre ellos y se reafirman en liderar la oposición en solitario.

De hecho, "¿qué relación?", se preguntaba el portavoz nacional del PP, Borja Sémper. "Es difícil seguirles. La semana pasada nos acusaban de ser gallinas que no ponían huevos o algo parecido. Hacían apelaciones a la testosterona", continuó el dirigente popular en alusión a las declaraciones de Javier Ortega Smith pidiendo al PP que dejen de ser "gallinas y se conviertan en gallos". 

Sémper hablaba de "estrategias partidistas" y avisaba de que no se van a "despistar con los intereses partidistas de otras formaciones políticas, tampoco las de Vox". Fuentes populares sostenían después que el enfado de la formación de Abascal venía únicamente porque se habían quedado sin representación en las comisiones del Congreso. 

Así, explicaban que el PP había ofrecido a Vox alguna secretaría y que se lo habían rechazado porque querían una presidencia. El PP negó cedérsela, ya que su representación en el Congreso es su mayor baza como oposición. Mientras el PP ligaba el enfado de Vox en su falta de representación al no haber negociado su parte con el PSOE, estos lo que destacaban es el hecho de que el PP sí haya negociado con el Gobierno. 

Figaredo acusaba este lunes al PP de haber alcanzado "un acuerdo coordinado con el PSOE, con Sumar, incluso con ERC y Junts para repartirse los cargos en las comisiones del Congreso de los Diputados". Fuentes parlamentarias populares trataban de tumbar su argumento confirmando que solo habían negociado con el PSOE y que gracias a eso habían pasado de tener siete presidencias en comisiones a 12: "Si el PP no hubiera negociado con el PSOE, se podría haber quedado con las dos que marca el reglamento".

Lo cierto es que el reparto de comisiones es anecdótico dentro de la larga relación entre PP y Vox. Las quejas de Abascal por el trato que recibe de Feijóo vienen de atrás, siendo el 23-J el punto de inflexión. Y es que unos y otros se culpan de los resultados de las generales. Para los populares, Vox fue su mayor escollo para alcanzar una amplia mayoría, mientras los de Abascal creen que habrían obtenido mayores resultados si hubieran unido fuerzas. Esto es lo que seguían pidiendo hasta ayer, cuando ya optaron por romper la relación con la dirección nacional. Por el contrario, Feijóo entiende que para llegar a la Moncloa "más pronto que tarde" tiene que desprenderse de los de Abascal. Es por esto por lo que continúa convencido en liderar la oposición en solitario e ignorar al partido que tiene a su derecha.

Ambas estrategias podrían ser eficaces para sendas formaciones: por un lado los populares ampliarían el espectro político agrandándose hacia la derecha e izquierda; por otro, los de Vox atraerían al electorado que perdieron en las generales a costa del PP tratando de convencerles de que pacta con la izquierda y señalándole por no ir juntos de la mano. Y todo esto mientras Vox denuncia los "ataques y desprecios" de Feijóo y el PP se "harta" de los "insultos" constantes que dicen recibir por su parte. Así es como Abascal rompía este lunes con Feijóo al tiempo que garantizaba la estabilidad de los gobiernos autonómicos y municipales.

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