A Alberto Núñez Feijóo no le gusta arriesgar. Por eso, pese a las presiones recibidas desde distintos ángulos del PP para que diese un vuelco a su equipo, el gallego ha preferido dar solo unos pasitos. El ascenso de su fiel pretoriano Tellado a portavoz en el Congreso o el descenso de Gamarra y Bendodo, que mantienen, pese a todo, puestos claves en la dirección, no señalan con claridad por qué camino se ha decidido el gallego.

La legislatura ya luce inaugurada, con nuevo Gobierno en marcha y Sánchez presumiendo en el escenario internacional como líder de turno de la Unión Europea. Urgía en Génova el reclamado ajuste de piezas para afrontar el imprevisto desierto a atravesar desde la oposición, pero Feijóo se ha tomado su tiempo. Este jueves se harán oficiales los cambios que se acaban de conocer y que, a juicio de los que venían exigiendo decisiones de calado, para evitar errores como los que hicieron zozobrar la campaña del 23-J, no terminan de dibujar una hoja de ruta apreciable. O tal vez si.

El puesto de más relieve por su alta exposición pública, el de portavoz en el Congreso, ha recaído en Miguel Tellado, el dirigente de mayor cercanía y confianza personal de Feijóo, a quien se trajo de Galicia en su equipaje político. La protección al líder es, pues, una de las claves de esta remodelación. Tellado tendrá a su cargo el grupo parlamentario que Feijóo heredó de Casado, la voz en un Congreso que va a ser escenario de todas las batallas y la interlocución con Vox en las complejas negociaciones parlamentarias futuras.

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Esta última herramienta puede resultar crucial para la estrategia de oposición que pretenda trazar el líder popular en su disputa con la ultraderecha por capitalizar el antisanchismo y que Tellado parece manejar hasta ahora mejor que otros compañeros de Génova: al exsecretario general del PP gallego se le atribuye el logro de que los de Abascal renunciasen a entrar en un posible gobierno del PP antes de la investidura fallida.

Tras la reubicación de Tellado, el resto de movimientos del tablero no permite reconocer objetivos definidos. La ‘dura’ Gamarra pierde la portavocía pero se mantiene como número dos del partido, mientras la más moderada y antigua sorayista Fúnez irrumpe en el núcleo duro como número tres al hacerse con Organización. El andaluz Bendodo, y ¿con él Juanma Moreno?, es relegado al suprimirse su puesto de coordinador general aunque amplía competencias en su vicesecretaría y continúa en el comité de dirección. La nueva portavoz en el Senado, Alicia García, concejala en el ayuntamiento de Avila y procuradora autonómica además de senadora, es la única sorpresa y una política aún por descubrir en el fragor de Madrid.

La remodelación de cargos diseñada por Feijóo esta semana no parece apostar por unos trayectos ni por desestimar otros sino por seguir caminando al frente.

El laberinto genovés todavía tiene más itinerarios que recorrer. La sucesión de Carlos Iturgaiz en el PP vasco ha sido resuelta sin sobresaltos pero aún queda la del PP catalán, donde el díscolo Alejandro Fernández atesora amplios apoyos en las bases del partido. Las cruciales elecciones europeas de la próxima primavera, que la oposición pretende convertir en una censura al Gobierno de Sánchez, también esperan decisiones de Feijóo sobre su candidatura, donde Dolors Montserrat no se prevé que repita.

Los barones, con el inmenso poder territorial que el PP consiguió en las elecciones de mayo, vigilan. Juanma Moreno, desde Andalucía, pacta con el Gobierno la solución para Doñana mientras Isabel Díaz Ayuso, desde Madrid, continúa rompiendo cada día cualquier posible relación con Moncloa. La remodelación de cargos diseñada por Feijóo esta semana no parece apostar por unos trayectos ni por desestimar otros sino por seguir caminando al frente.