La OCDE aconseja a España un ajuste fiscal "fuerte" y "sostenido" para reducir la deuda pública y generar margen de gasto

La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
ALEJANDRO MARTÍNEZ / EP
La vicepresidenta cuarta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.

La OCDE, un organismo formado por países principalmente de renta alta, recomienda al Gobierno que ponga en marcha cuanto antes un plan de ajuste fiscal para reconducir la situación de las finanzas públicas españolas. La organización cree que España necesita emprender una consolidación fiscal "fuerte" y "sostenida" para mantener la deuda en una senda descendente y poder generar así margen para asumir el aumento del gasto ligado al envejecimiento de la población o acometer inversiones transformadoras que impulsen el crecimiento.

Así lo señalan los economistas de la institución con sede en París en su informe de proyecciones macroeconómicas de otoño para 2024 publicado este martes. La OCDE ve necesario un ajuste fiscal más ambicioso que el que ha dejado entrever hasta el momento el Gobierno. La organización cree que con las medidas puestas sobre la mesa el déficit público caería al 3,2% del PIB el año que viene, todavía por encima de los límites permitidos por Bruselas.

De esta forma, la organización se suma al llamamiento a apretarse el cinturón que ya han enarbolado el FMI o la propia Comisión Europea ante la vuelta a las reglas fiscales el año que viene tras cuatro años suspendidas.

Las recomendaciones de ajuste para los países europeos se están sucediendo en las últimas semanas. El deteriorado aspecto en el que han quedado las finanzas públicas en el Viejo Continente tras la pandemia y la guerra en Ucrania han dejado en una situación difícil a varios Estados miembros, entre ellos España. El último en tener problemas ha sido Alemania, paladín de la disciplina fiscal, que ha tenido incluso que suspender los límites constitucionales al endeudamiento para hacer frente a una crisis presupuestaria. 

En España, el Ejecutivo ha remitido a Bruselas una planificación presupuestaria para 2024 en la que decaen todas las medidas de apoyo energético anticrisis, mientras que en el apartado de los gastos se mantiene la gratuidad del transporte público estatal, se incluye la revalorización de las pensiones y la subida del sueldo de los funcionarios. 

Sin embargo, el Gobierno apenas acaba de arrancar el proceso presupuestario y todavía ningún miembro del Consejo de Ministros ha cerrado la puerta a que pueda prorrogarse alguna de las medidas que decaen en diciembre. De hecho, el propio Pedro Sánchez anunció durante su sesión de investidura que extenderá la rebaja del IVA a ciertos alimentos básicos hasta mediados de 2024. 

Además, no está ni mucho menos claro que el Ejecutivo vaya a ser capaz de sacar adelante unas cuentas públicas para 2024. En primer lugar, tendrán que ponerse de acuerdo los socios de la coalición; después deberán ser capaces de convencer a cinco fuerzas políticas nacionalistas de distinto signo político (ERC, Junts, EH Bildu y PNV) y, por si fuera poco, tendrán que ser capaces de sortear el más que previsible veto del PP al techo de gasto en el Senado.

Menos crecimiento en 2024, pero por encima de la eurozona

En lo que respecta al crecimiento económico, la OCDE prevé un avance del PIB del 2,4% en 2023, que se ralentizaría al 1,4% en 2024. El pronóstico de la organización con sede en París es más pesimista que el que presentó hace casi tres meses. La previsión de crecimiento para 2024 se ha rebajado medio punto y se distancia de la del Gobierno, que espera un aumento del PIB del 2%.

Aun con todo, España sería uno de los países que más crecería en la zona euro tanto en 2023 como en 2024. La OCDE prevé que la economía de la zona euro apenas avanzará un 0,6% este año y un 0,9% el próximo ejercicio. Entre las grandes economías del euro, Alemania sufrirá una contracción del 0,1% este año y tan solo crecerá un 0,6% en 2024. En el caso de Francia, el PIB repuntará un 0,9% este año y un 0,8% el siguiente, mientras que en Italia la economía crecerá a un ritmo del 0,7% tanto este año como el siguiente.

Como señalan la mayoría de analistas, el único motor que moverá la economía española en 2024 será el consumo interno, que debería verse impulsado por la recuperación del poder adquisitivo propiciada por la caída de la inflación y el repunte de los salarios. También jugarán un papel importante los fondos europeos de recuperación, que deberían sostener la inversión durante los próximos años.

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