El tono moderado que tanto ha reivindicado Alberto Núñez Feijóo como  santo y seña de su forma de hacer política convivirá en esta nueva legislatura con otro tono más elevado. No es el estilo habitual del líder popular, que de hecho está conformando un equipo ad hoc a su vertiente -la marianista, menos ideológica y autonomista-, pero sí es el que el dirigente considera que se adapta mejor a los tiempos y a la complejidad parlamentaria. Tras las palabras de Pedro Sánchez, cuando calificó a su nuevo Ejecutivo de "alto perfil político", Feijóo comienza a perfilar un PP de doble cara: el "yin" que confrontará con Moncloa en el Congreso de los Diputados y el "yang" que sostendrá un tono institucional.

Varios miembros de la dirección nacional coinciden en el análisis de los cambios que ha ido esbozado el líder en el organigrama del partido y que culminará este jueves en el Comité Ejecutivo Nacional, donde se ratificarán los nombramientos que ha comenzado a dar a conocer esta semana. Como es el de Miguel Tellado como portavoz en la Cámara Baja -en sustitución de Cuca Gamarra-. Su elección es el primer síntoma del "yin y el yang" del nuevo PP.

Fuentes del partido apuntan a que el ex vicesecretario de Organización Territorial será la voz combativa, dura y contundente para contrarrestar a Ferraz, de quienes esperan ataques constantes a su partido. De hecho, hubo quien se quejaba en la tarde de este martes, tras el primer Pleno del Congreso desde la investidura de Sánchez, de los ataques que el Gobierno habría vertido sobre sus dirigentes. "Que nadie espere insultos por nuestra parte", respondían desde el PP a la salida del hemiciclo.

En todo caso, para replicar ya estará Tellado. Feijóo, por su parte, planea representar al hombre de Estado del que tanto ha hecho alarde desde que saltó a la política nacional. También dejará su sede como refugio del constitucionalismo y del tono moderado; en definitiva, en Génova se elaborará la política propositiva que les "gusta" a los populares. 

En esta tesis encaja la nueva vicesecretaria de Organización Territorial, Carmen Fúnez, que cuenta con un perfil moderado y de partido con alto conocimiento de la interna. "El relevo está bien pensado", dicen quienes conocen el recorrido de la ciudadrealeña. Más allá de su capacidad en el cargo, hay quienes avisan de que la dirigente ha heredado el cargo en muy buenas condiciones. "El trabajo complicado ya se hizo los meses atrás".

Otro de los cambios que ha anunciado el presidente del PP es el de Elías Bendodo, que también bebe de la corriente más moderada del partido. El que fuera número dos de Juanma Moreno en Andalucía y hasta este jueves el número tres de Feijóo se pasó dos meses sin conocer su futuro en el partido. Fue tras la investidura fallida cuando Feijóo le comunicó que eliminaría su cargo de coordinador general del partido, dado que es propio de un partido que ejerce el Gobierno y no la oposición. Y no fue hasta el fin de semana pasado cuando le avisó de los planes que tenía para él: la Vicesecretaría de Política Autonómica. Si bien es bajar un escalafón en el organigrama, ya que pasa del número tres al cuatro, fuentes próximas al dirigente aseguraban que está satisfecho con el puesto. Y es que Bendodo cree que ahora el PP es un partido más fuerte que hace unos meses, por lo que su puesto es incluso más importante.

Feijóo culminará los cambios que anunció el pasado 4 de octubre entre este miércoles y jueves. Aún queda por conocerse quién ostentará la Secretaría General del Grupo Parlamentario Popular, es decir, quién hará de sustituto de Miguel Tellado. Fuentes del PP apuntan a que será una mujer. Asimismo, queda por desvelarse el portavoz nacional del partido, un puesto que ha ejercido Borja Sémper en funciones, ya que solo lo ha hecho en campaña electoral. Aun así, el dirigente vasco está el primero en las quinielas. 

Por último, Feijóo desvelará el resto de vicesecretarías del partido, como es la de Políticas Sociales y Reto Demográfico que ostentaba Fúnez o la de Estudios que ahora mantiene Carmen Navarro. En Génova no descartan fusionar los puestos o incluso renombrarlos.