Lunares, pecas y manchas: "La piel de nuestros gatos nos puede dar muchísimas información sobre cómo está su salud"

Un gato tumbado.
Un gato tumbado.
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Un gato tumbado.

La piel de nuestros queridos felinos es un reflejo de su salud y bienestar. Entre sus peculiaridades, es común encontrar lunares, pecas o manchas que, aunque puedan parecer inquietantes a simple vista, suelen ser parte natural de su epidermis. 

No obstante, estas marcas pueden suscitar preguntas y preocupaciones en los tutores de gatos, quienes buscan comprender si estas irregularidades son normales o merecen atención especializada, algo que siempre debemos hacer de la mano de un veterinario.

Carlos Gutiérrez, veterinario y divulgador a través del canal de YouTube, 'Mascotas y familias felices', explica la diversidad de estas manifestaciones cutáneas y nos ayuda a comprender el significado de cada una de ellas para garantizar el cuidado adecuado de nuestros mininos y su salud.

"La piel de nuestros gatos nos puede dar muchísimas información sobre cómo está su salud y, de hecho, los problemas de la piel son una de las causas más frecuentes por la que nuestros peludos van al veterinario", expresa en uno de sus vídeos del canal. "Pero, ¿cómo saber cuándo preocuparnos?".

Cambios de color en el pelaje de nuestros gatos

Entre las manifestaciones que nos podemos encontrar en la piel de nuestros mininos los cambios de color son uno de los habituales. "Pueden ocurrir en zonas muy extensas y, de hecho, hay gatos que nacen más claritos y con el tiempo se van oscureciendo, como los siameses", detalla el veterinario.

"También hay otros gatos que son oscuros y que a medida que van envejeciendo le van apareciendo zonas en su pelo más claritas, como las canas de las personas", agrega. "A partir de los diez años, por ejemplo, es bastante típico que tengan la zona de los ojos un poquito más clara".

No obstante, aunque hay cambios de color en la piel de nuestros gatos de los que no debemos preocuparnos, también existen problemas de salud que podrían estar tras ellos. Pero, ¿cómo identificarlos? Gutiérrez responde a esta pregunta con el ejemplo de los problemas hormonales.

"Pueden producir que la piel se vea más débil o finita y que aparezcan pecas o incluso que pierdan pelo", detalla. "No obstante, esto va a ir acompañado de otra sintomatología, como que beba u orine más, entre otros".

Otros cambios que se pueden producir en el color de la piel de nuestros gatos pueden deberse a inflamaciones, dermatitis, rascados excesivos e incluso quemaduras. "Otro caso es cuando padecen vitíligo (pérdida de color) que aunque no es algo muy común, se puede producir en gatos, siendo más frecuente en siameses", indica el experto.

"Esto se produce cuando los melanocitos dejan de producir melanina, en cuyo caso el pelo puede aparecer blanco, al igual que la piel", detalla. "No es una condición grave para nuestros gatos, aunque sí deberíamos llevarlo al veterinario para asegurarnos de que no sea alguna otra cosa más grave".

¿Y si tiene lunares o verrugas?

Además de los cambios de color en la piel y el pelaje de nuestros gatos, lo que puede ocurrir es que nuestro gato presente lunares, pecas o manchas. Pero, ¿cómo podemos saber cuáles son graves y cuales no? "Generalmente, las pequitas o lunares pequeños que aparecen en la piel de nuestros gatos no tienen importancia, sobre todo si el gato se comporta de forma natural", asegura Gutiérrez.

"Si el lunar o peca no crece o no le pica a nuestro gato, podemos estar tranquilos", añade. "Además, hay gatos que tienen lunares de forma normal (en el hocico, encías o párpados), lo que se conoce como lentigo cutáneo, que sucede cuando los melanocitos se manifiestan más en esa zona".

No obstante, es importante conocer cuándo podría tratarse de alguna enfermedad o problema de salud, empezando por no confundir estas pequitas con el acné felino. "Este es una obstrucción de los poros de la piel por grasa, como ocurre en las personas, y se da sobre todo en la zona de la barbilla", advierte el experto.

También debemos prestar atención a pequeñas costras oscuras que se empiezan a producir en la zona de la nariz o las orejas

"¿Cuándo debemos preocuparnos entonces? Cuando el lunar cambia de tamaño y empieza a crecer o si a nuestro gato le empieza a molestar (si se rasca o tiene una herida)", responde Gutiérrez. "Si observamos esto debemos acudir al veterinario a comprobar de qué se trata".

Además de las pecas o lunares, el veterinario especialista en gatos explica que también debemos prestar atención a pequeñas costras oscuras que se empiezan a producir en la zona de la nariz o las orejas. "Hay familias que no les prestan atención, pensando que son arañazos o raspones, pero pueden ser un tipo muy concreto de tumor maligno", avisa. 

En cuanto a las verrugas o bultos que podamos encontrar en la piel de nuestros gatos, debemos tener claro que les pasa a ellos de la misma forma que nos puede pasar a las personas. "No pasa nada si es una verruga en una zona y el gato no se rasca o le molesta", expresa Gutiérrez.

"A lo que hay que prestar atención, de nuevo, es si vemos que crece o le incomoda, o si empiezan a aparecer más en otra parte del cuerpo de nuestro gato", detalla. "En estos casos hay que ir al veterinario porque hay algunas verrugas que están producidas por virus, como el del papiloma; o incluso tumores, como el mastocitoma cutáneo".

En cualquier caso, el veterinario recomienda acudir a la clínica o llamar por teléfono ante cualquier duda, ya que en algunos casos la salud de nuestro gato puede estar en juego.

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